Málaga y Deportivo de La Coruña sucumbieron ante el poderío físico del conjunto azulgrana, y contra todo pronóstico (1-2, ambos partidos). Hace cinco jornadas, el Extremadura caía 1-0 en Albacete y quedaba a cinco puntos de la salvación, pero cuatro victorias (incluida en los despachos ante el Reus) y una derrota después (1-0 ante Osasuna) han colocado a los de Manuel Mosquera con un colchón de dos puntos sobre el descenso. Dependen de sí mismos, y solo les separa un punto del equipo blanquiazul, con el que igualó a cero goles en la ida.
Malbasic, en el partido de ida en el Heliodoro / @jacfotografo
El equipo extremeño llega lanzado al duelo directo con los blanquiazules, no solo a nivel de resultados. El Francisco de la Hera se llenará y llevará en volandas a un equipo con la moral muy alta, gracias a una dinámica claramente al alza. El buen momento del Extremadura reside en el 'músculo' que ofrecen Lolo González y Zarfino en el centro del campo, una gran fortaleza en el juego aéreo con Pardo y Granero como grandes estiletes y una alta efectividad cara a la portería rival, entre otras virtudes.
A pesar de perder gol el pasado mercado de invierno (Enric Gallego firmó por el Huesca cuando llevaba 15 goles), el conjunto de Almendralejo ha logrado equilibrar la balanza en cuanto a goles encajados y anotados, siendo en Elche (2-0) el último partido en el que recibió más de un tanto. Desde aquel choque ya han transcurridos dos meses de competición.
Además, unas bandas descaradas y un trabajo sin balón medido al detalle son otros puntos fuertes del rival blanquiazul. Olabe genera espacios con su habilidad, así como Perea, quien suele partir del costado izquierdo para encontrar algún socio en ataque en zona central. Por su parte, Kike Márquez (con un guante en su pie derecho) y Ortuño, podrían ser la partida en punta de lanza, anteponiendo el trabajo en la sombra con la faceta estrictamente ofensiva.