La llegada de la lava al mar, un peligro delimitado

AtlanticoHoy / EFE

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Un aumento de la sismicidad que no implica nuevas bocas./ Miguel Calero (EFE)
Un aumento de la sismicidad que no implica nuevas bocas./ Miguel Calero (EFE)

El Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) aclara que el choque térmico entre la lava y el mar produce un peligro local, bien delimitado, para las personas que visitan o se encuentran en la zona costera dónde se produce ese encuentro.

Involcan hace esta aclaración ante la posibilidad de que en las próximas horas llegue al mar la colada de lava de la erupción volcánica de Cumbre Vieja, en La Palma, lo que ha provocado el confinamiento de varios núcleos poblacionales del municipio de Tazacorte.

Según el Instituto Volcanológico, en el encuentro de la lava con el mar se produce un choque térmico que genera columnas (penachos) de vapor de agua cargados con ácido clorhídrico (HCl) como consecuencia del importante contenido de cloruro (Cl-) en el agua de mar.

Columnas de vapor

Estas columnas de vapor de agua, de un color blanquecino, también contienen a su vez diminutas partículas de vidrio volcánico como consecuencia de la reacción que se produce entre la lava, que está a más de 1.000 grados, y el agua del mar, a unos 20 grados.

Estas columnas de vapor de naturaleza ácida como consecuencia de la generación de ácido clorhídrico representan, según explica Involcan, un peligro local, bien delimitado, para las personas que visitan o se encuentran en la zona costera dónde se produce ese encuentro entre la lava y el mar.

Aclara que no se trata de una columna o penacho volcánico tan energético como el que tiene lugar en el cono volcánico donde se está produciendo un jet de gases volcánicos ácidos que se inyectan a la atmósfera con tanta energía que llegan a alcanzar los 5 kilómetros de altura. Por lo tanto, las columnas de vapor generadas por el encuentro entre la lava y el mar son unos penachos volcánicos menos energéticos.

El régimen de vientos en la zona dónde se producen estos penachos volcánicos costeros contribuye a la dispersión de estas columnas, pero el peligro que representan es muy local, en el entorno del área donde se produce el encuentro de la lava con el mar.

La inhalación o el contacto de gases y líquidos ácidos pueden irritar la piel, los ojos y el tracto respiratorio, y puede provocar dificultades respiratorias, especialmente en personas con enfermedades respiratorias preexistentes, advierte Involcan

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