Las claves del ecoeje de La Laguna para crear conciencia rural

La directora del estudio del ecoeje en La Laguna, Araceli Reymundo, explica en Atlántico Hoy las claves y necesidad de llevarlo a cabo en el futuro

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La directora del ecoeje de La Laguna, Araceli Reymundo, junto al alcalde Luis Yeray Gutiérrez, / Cedida
La directora del ecoeje de La Laguna, Araceli Reymundo, junto al alcalde Luis Yeray Gutiérrez, / Cedida

El Ayuntamiento de La Laguna presentó esta semana algunas de las iniciativas que se han estudiado para incluirlas en el nuevo Plan General de Ordenación, que aún no tiene fecha futura. Una de estas iniciativas que ha destacado es la del ecoeje, un proyecto de desarrollo sostenible, que se ha elaborado durante un año.

Para conocer en profundidad en qué consiste este estudio, enmarcado en el programa “La Laguna Municipio en Transición 2030” que lidera el área de Medioambiente de la corporación, en colaboración con otras áreas como Desarrollo Rural, Urbanismo y Participación ciudadana, Atlántico Hoy ha hablado con la  directora y coordinadora, Araceli Reymundo.

Islas muy dependientes

“La idea principal es porque tenemos unas islas muy dependientes de determinados recursos que causan afecciones, como la energía, la gestión del agua o lo que comemos del exterior cuando tenemos suelo agrícola abandonado y un parque inmobiliario muy ineficiente”, expone Araceli.

El objetivo del ecoeje propuesto es que, en vez de tener territorios dependientes del exterior -energía, alimentos- y donde la gestión de la energía y el agua son centralizadas a nivel insular, esta gestión se pueda realizar, en la medida de lo posible de forma más local, en territorios lineales que aprovechan la pendiente natural del terreno. Es decir, “en vez de gestionar modelos monocéntricos de gestión insular con una población bastante dispersa, distribuida por todo el territorio y donde la mayoría de las oportunidades laborales están en la zona metropolitana -más tráfico y atascos viarios- ir pasando a modelos policéntricos, que aprovechan las oportunidades próximas, generando economías de Km. 0, especialmente en lo que se refiere a los ejes básicos de la sostenibilidad”. Es una idea que ya dio el urbanista Faustino García Márquez hace años.

Conciencia rural

Sin dudar, Araceli ve en el proyecto la necesidad de crear conciencia rural. ““Si queremos evitar que el 90% de lo que comemos lo importemos, no solo hay que favorecer el suelo agrícola, sino subsanar el problema de quién quiere ser agricultor. Esta una figura fundamental para la transición, pero muy denostada y que hay que poner en valor. En un colegio estoy casi segura que haces una encuesta y ningún niño querrá ser agricultor, por eso creo que es importante generar la conciencia rural -que tanto la administración como los ciudadanos apoyen el Km. 0- y dignificar esa profesión”.

Asimismo, reflexiona con que “hay que acercar al ciudadano sus necesidades básicas y diversificar el empleo, creando o favoreciendo oportunidades en zonas cercanas a los núcleos rurales". Y si se tiene el campo abandonado y se importa el 90% de lo que comen los canarios, "se genera una idea interesante donde -entre otras áreas- habría que tratar de mejorar las oportunidades laborales”.

Equipo y metodología

Para llevar a cabo el estudio, explica Reymundo, “se fijan unos objetivos generales preliminares y se estudian los ejes determinados como ‘ejes básicos de la sostenibilidad’, según el profesor Calero de la ULPG”: la energía, el agua, la producción de alimentos y la residencia (edificaciones y planeamiento territorial)”. En Ecoejes se estudia también el Eje de los residuos, actualmente preocupante ya que se esperan importantes multas desde la UE por su ineficiente gestión

Por tanto, para realizar este estudio, Araceli contó con un equipo multidisciplinar compuesto por un geógrafo que llevó el eje de la producción de alimentos, dos economistas ambientalistas, en el que uno de ellos lleva la gestión del agua y la energía y el otro la gestión de los residuos, asumiendo ella el eje de la Residencia.

Participación ciudadana

Uno de los ejes principales sobre los que gira este estudio es el de la participación ciudadana. “Nos parece fundamental”, esgrime la directora y coordinadora del ecoeje. “Ellos son los que disfrutan o padecen la ordenación del territorio”, añade.

El equipo de trabajo desarrolla elige la zona a estudiar intuitivamente, ““según el tipo de suelo que hay, sinergias que pudieran establecerse entre zonas más rurales y zonas más urbanas, posibilidades de aprovechamiento de EERR, zonas con depósitos que se pudieran utilizar para la gestión del agua, desniveles para facilitar la depuración natural… siempre tratando de favorecer kilómetro cero”.  

Con todo ello se hace un inventario y una parte muy importante del mismo es buscar iniciativas eco-sociales que, dentro de la ciudadanía, tienen interés en este tipo de gestión del territorio para contar con ellos desde el minuto uno: la participación ciudadana, consciente y responsable. "En los Ecoejes que hemos estudiado hasta ahora en Tenerife -este es el tercero- nos hemos llevado una grata sorpresa con la calidad de dicha participación y la sinergia que se ha establecido", señala.

Territorios

En este sentido, recuerda que hubo un Plan General en 2014 que “levantó bastante controversia" y a raíz de ahí salieron algunos grupos que hacían "reflexiones" muy en la línea con lo que quieren investigar. Por lo tanto, contaron con estos grupos para hacer una deriva por el territorio. "Una por cada núcleo rural". Sus necesidades y aportaciones quedaron reflejadas en el documento final, además de unas propuestas de posibles “estudios de caso” a consensuar con la corporación, de las que podrían salir proyectos a corto, medio y largo plazo.

“Este ecoeje, como Tegueste está por medio, es un poco curvo. Desde la zona de Guamasa, Los Rodeos, Tejina, Valle Guerra, Bajamar y Punta del Hidalgo. Estas zonas las hemos escogidos mirando las alegaciones y comentarios de documentos de esas asociaciones que podían tener aportaciones interesantes. Hicimos unas derivas reflejando en mapas los que ellos entendían lo que necesitaban y nosotros veíamos cómo recoger esas reivindicaciones de nuestras propuestas”, apunta Araceli Reymundo.

Un paso por delante

Con estos estudios de ecoejes, -resalta la arquitecta- no se pretende sustituir el Planeamiento de Ordenación, pero valoran que “esa reflexión de los ejes básicos de sostenibilidad, consensuado con la ciudadanía, puede ser de utilidad para cuando se redacte el documento”.

Recuerda también que en un proceso de participación ciudadana en los planes generales “normalmente un equipo técnico redacta el documento y luego la ciudadanía tiene que entender y ver si está de acuerdo con un texto denso y difícil de entender. Nos parece interesante si partimos al revés. De ver las demandas ciudadanas y se trate de recoger las opiniones para que el Planeamiento recoja esas inquietudes y dé soluciones”.

Sin fecha aún para el nuevo Plan General de La Laguna, la impulsora del ecoeje finaliza aclarando que el estudio “es una metodología, una especie de análisis DAFO del territorio para que el ayuntamiento propuestas para empezar y no haya que esperar a tener aprobado un planeamiento para empezar a notar cambios en el desarrollo sostenible del territorio”.