El dueño del Mi Perrito del Alcampo estalla contra el arrendador: "La licencia es mía, él miente"

Además del responsable del establecimiento, otros alquilados por el propietario en la zona le acusan de no cumplir con sus obligaciones

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Antiguo local de Mi Perrito en los bajos del Alcampo, ahora cerrado./ Atlántico Hoy
Antiguo local de Mi Perrito en los bajos del Alcampo, ahora cerrado./ Atlántico Hoy

Las controversias en los locales de los bajos del Alcampo continúan dando que hablar en La Laguna. Hace una semana, Atlántico Hoy publicó una disputa entre el propietario de un local y un ex inquilino responsable de Mi Perrito tras conocer informaciones de que este último había puesto en venta su licencia. Ahora, a raíz de nuevas acusaciones hacia el propietario de Mi Perrito de haber causado desperfectos en el mobiliario del local y zonas aledañas, este medio se ha puesto en contacto con él para conocer su versión de los hechos.

Así, Juan (nombre ficticio), responsable del Mi Perrito que se situaba hasta hace unas semanas en el Centro Comercial de La Laguna, ha sido acusado por el propietario y arrendador del local de romper voluntariamente una de las puertas de seguridad de los bajos al abandonar el local. Sin embargo, Juan explica a Atlántico Hoy que estas acusaciones son falsas y que esos desperfectos estaban ya antes de que Mi Perrito abandonase el centro.

Más allá de esta disputa sobre mobiliario, la situación esconde detrás años de desencuentros entre los hosteleros de los bajos y el propietario y arrendador de sus locales, del que denuncian no cumplir con sus obligaciones como propietario. 

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No fue un traspaso

En referencia a las acusaciones de hace una semana sobre querer bloquear el traspaso del local de Mi Perrito vendiendo la licencia, Juan ha explicado a Atlántico Hoy que, si bien es cierto que él fue desahuciado del establecimiento, la licencia es de su propiedad y él no está obligado a cederla a nadie. Además, considera que su contrato original tenía determinadas condiciones abusivas.

"Cuando hay un traspaso de local, se suele traspasar junto con la licencia. La cuestión es que esto no fue un traspaso. Yo abandoné el local y me quedé con mi licencia. El que alquile en el futuro tendrá que conseguir la suya propia porque yo no estoy obligado a cederle la mía a nadie", explica, añadiendo que estos documentos no corresponden al local en sí, sino al negocio.

Una franquicia se interesó por el local

"Sobre la venta, no es como explica el propietario. Yo antes de la pandemia ya iba a traspasarle el local a una franquicia, pero llegó la COVID-19 y todo se paralizó. Después, volví a abrir hasta que me echaron y, entonces, el propietario volvió a reunirse con aquella franquicia diciéndole que el local se traspasaba con licencia. Pero esta licencia es mía, él miente, y la franquicia se dio cuenta, así que dijeron que, en todo caso, me la comprarían a mi", explica Juan, que añade que no tiene pensado ni cederle ni venderle su licencia a nadie, ya que él ya se fue de ese local. "Es un chanchullero", zanja.

Con respecto a este documento, Juan indica que entiende que el local esté paralizado, puesto que adquirir una nueva licencia para ese establecimiento implica acometer varias obras, como instalar un extractor de humos o adaptar las medidas de tronja (especie de despensa) porque "no corresponden".

Denuncias por desperfectos

Consultado por Atlántico Hoy, el propietario y arrendador del local indica que ha presentado una denuncia contra Juan en los juzgados por los desperfectos de los que le acusa. Además, añade que fue un magistrado el que desahució al responsable de Mi Perrito en sentencia firme y que "si considera que su contrato era abusivo, que vaya a donde corresponde y le presente esa información a un juez".

Las relaciones entre arrendador y ex arrendatario en el local de Mi Perrito se han tensado hasta lo judicial. Sin embargo, no son las únicas quejas que ha recibido el propietario del local. Atlántico Hoy ha podido hablar con más inquilinos de la zona de los bajos propiedad de este arrendador, que comprende el antiguo Mi Perrito, La Perla Negra, la Barbería Bruzer, el centro de uñas OPI, una discoteca en reformas y otra peluquería que permanece cerrada. 

Más inquilinos acusan al propietario de no cumplir sus obligaciones

Así, algunos de los inquilinos recriminan que el arrendador no cumple con sus obligaciones como propietario. "Hay locales que no tienen acometida de luz y les tienen que tirar cables desde otros establecimientos", indica uno de los inquilinos.

Otra de las quejas más recurrentes es la falta de mantenimiento de los espacios comunes. "Hay propietarios que se tienen que poner a barrer las zonas comunes porque no se limpian. La puerta de seguridad está rota hace meses y no se arregla, se va la luz de los pasillos...", explican a Atlántico Hoy. Uno de los inquilinos cuenta que otro de los locales realizó unas obras para instalar unos baños y acordó con el propietario y arrendador de esta zona de los bajos un precio compartido para que los servicios fuesen comunes a todos los establecimientos. "Pagó solo enero y febrero, así que el bar dejó de compartir sus baños con nosotros, como es lógico", señala un alquilado, que indica que los baños comunes más cercanos están en otra zona más alejada.

Todo sumado, según indica otro inquilino, a que los bajos del Alcampo al completo ya tienen obligación de acometer unas reformas por valor de un millón de euros que se pospusieron con el inicio de la crisis epidemiológica y continúan sin realizarse. "Mira como están los pasillos, si parece que se van a caer", zanjan desde uno de los locales.

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