Hace apenas dos semanas los nuevos inquilinos permanentes de la playa de Las Teresitas, en Santa Cruz de Tenerife, se instalaron a lo largo de la arena que cubre la extensión del terreno reconstruido como el lugar de baño más importante de la capital tinerfeña en la década de los 70.
Una semana de contacto que ya ha servido para que el Consistorio modifique y aclare normas a las que se había llegado, como son las del horario de cierre y el uso de la música y su volumen. Todo esto a colación de las primeras quejas de los vecinos del barrio San Andrés por las molestias que le causaron los primeros días las fiestas de inauguración, hasta bien entrada la madrugada. “El cierre es una hora después de la puesta de sol y música ambiental solo en el interior”, fue la indicación del concejal de Infraestructura en funciones, Alfonso Cabello.
Gráfico animado sobre la ocupación de lo nuevos kioskos | AH
“Nos gustaría estar más tiempo abiertos, pero entiendo que hay que respetar a los vecinos de San Andrés”, reconoce Iván, el encargado del Strasse Beach, situado en el primer tercio del recinto de arena de 1.000 metros cuadrados de extensión.
Más allá de esta incidencia, parece que la comunión entre los nuevos establecimientos y sus clientes es más que positiva y la recepción de esta novedad en la emblemática playa santacrucera bien aceptada. “Todo el mundo está contento”, señala Iván, si bien es verdad que los residentes no lo han recibido del todo bien. “No creo que les guste mucho, pero no podemos hacer nada y supongo que se acostumbrarán”, añade al respecto.
Strasse Beach | AH
Otro de los negocios instalados es el Mio Gelato Beach, que trata de ofrecer “un enfoque familiar” donde, además de los 'obligados' helados, sus clientes podrán optar a los clásicos “perritos calientes, hamburguesas, bocadillos, ensaladas, bebidas con y sin alcohol o refrescos”. Quien nos confiesa la idea de este chiringuito es Rafael, su encargado, quien tiene otra percepción de la recepción del bañista habitual de la playa que Iván. “Con los residentes ha habido buen rollo y mucha amabilidad”.
En general, la valoración de Rafael es “positiva” y cree que estos nuevos kioskos “han sido un valor agregado para Las Teresitas” y que, en general, ha habido “gran receptividad” aunque aún quedan “muchas cosas por explorar”.
Parte del equipo de Mio Gelato Beach | AH
Respecto a la polémica de la música, su lejanía del inicio de la playa y su público objetivo lo convierte en un local sin ese problema. “Nuestra música solo es dentro del kiosko y se puede conversar tranquilamente. Yo entiendo las molestias en otras áreas que tienen más fiestas. A nosotros no nos afectó en ninguna manera”, explica.
Una de las novedades más importante que ha traído la nueva concepción de los kioskos de Las Teresitas es la inclusión de cuatro camas balinesas por licencia, las cuales uno ve, a poco que pasee a lo largo de la playa, que están ocupadas en su totalidad por un perfil turista (observación por este redactor solo en la realización del reportaje). Si bien es verdad que locales como el Strasse Beach o el propio Mio Gelato Beach no las tienen aún a disposición de los clientes. “Ahora mismo, no las tenemos activas porque estamos esperando los colchones”, comenta Iván, que aprovecha para aclarar que las también nuevas hamacas las alquilan por 10 euros con sombrilla “y pueden gastar lo que quieran en comida y bebida para todo el día”.
Las camas balinesas ocupan su espacio en Las Teresitas | AH
Por su parte, Rafael reitera su “enfoque familiar del negocio”, por lo que no hace a día de hoy prioritaria las camas balinesas.
Una de las licencias más destacadas fue la otorgada a El Caracol, lugar de reunión en años anteriores y con gran aceptación entre la juventud y, por qué no decirlo, por los que cuentan con alguna década más en su DNI. Su antiguo secreto, el ambiente que construía cada tarde en el inicio de la playa, donde se convivía con la música, los mojitos y un buen clima lúdico, que no exento de polémica, que acabó con su cierre por falta de licencia.
Hoy, El Caracol regresa a Las Teresitas tras su intento de recuperar su lugar en el ocio de la capital en la plaza del Castillo Negro, pero curiosamente lo ha hecho, prácticamente, en el otro extremo de la playa, pasando a ser el último kiosko, con el número 8. Además, obviamente, con un perfil totalmente distinto y adaptado a las leyes regulatorias presentadas por el Ayuntamiento. Eso sí, con Eloy padre y su hijo siempre a los mandos.
Caracol, del número 1 al número 8 | AH
"La gente lo ha acogido muy bien", reconoce uno de los principales artífices del cambio que vivió la noche de Las Teresitas en los últimos años. "Tanto los habituales como el resto de visitantes", añade el responsable de El Caracol, que además no le da más vueltas a la nueva ubicación del kiosko. "Buscamos uno y nos tocó este".
Con la nueva norma de funcionalidad de estos kioskos, El Caracol cambia su perfil de entretenimiento, pero Eloy comparte la clave para adaptarse y seguir adelante. "Trabajar y trabajar".
Los antiguos y los nuevos kioskos comparten espacio | AH
Pero, ¿qué piensan algunos de los clientes que han probado las nuevas instalaciones? AtlánticoHoy tomó la temperatura de la opinión de usuarios que han disfrutado de alguno de los nuevos espacios que ocupan los últimos 'inquilinos' fijos en la playa.
En este sentido, Elena, que vive en el sur y estaba en la capital por motivos laborales, aprovechó un descanso para conocer la novedad de los chiringuitos. "Lo veo muy bien y muy práctico. Me gusta", confiesa tras pasar un rato en el primer kiosko de la playa: La Isla. Tirando de su propia experiencia en la zona donde reside, Elena da un toque de atención a los que se quejan por lo nuevos precios. "Yo los veo asequibles. Otros chiringuitos del sur tienen precios más elevados", afirma.
Clientes en uno de los kioskos | AH
Por su parte, Ruth disfruta de un refrigerio en las instalaciones del Disfrutas, la otra empresa junto al El Caracol, que logró mantener su espacio en Las Teresitas. "Hace mucho tiempo que no venía a esta playa", reconoce la visitante mientras disfruta de sus vacaciones. "La verdad es que le da otro estilo y me parece bonito", añade Ruth. No obstante, tiene su particular visión sobre las camas balinesas. "Yo no las utilizo, pero a quien le guste, pues me alegro por ellos", afirma.
Ayoze y Airam disfrutan de su mojito en otra de las terrazas con suelo de madera de los kioskos. "Deberían ponerlos más baratos, pero de resto todo lo veo bien" reconoce el primero. Su acompañante da un punto de vista que quizá sea la corriente de pensamiento de aquellos que siempre disfrutaban de los antiguos kioskos. "Esto parece que tiene más clase y es más pijo".
Nos informan que desde primera hora se están realizando los trabajos de instalación de varios quioscos en la playa de Las Teresitas. Les recordamos que el carril más próximo al mar permanece cerrado al tráfico. #TRÁFICOSC pic.twitter.com/7A5mPx2Djf
— Policía Local (@PoliciaLocalSC) 2 de agosto de 2018
Al fin y al cabo, en muchos aspectos de la vida, las novedades que aparecen con innovaciones importantes suelen generar recelo. Concretamente en aquellos que están acostumbrados a una forma tradicional o continua de algo, que en este símil hace comparación entre los antiguos y los nuevos chiringuitos de la playa de Las Teresitas, con un estilo que impulsa pensamientos elitistas y que, no obstante, no deja de ser una adaptación a los tiempos que se vive hoy en día, donde las playas son puntos principales de atracción turística y que, en una ciudad en constante evolución en las dos últimas décadas, 'vistiéndose' con ropa cosmopolita, parece normal el atrevido paso que dio el Ayuntamiento. A priori gusta, pero, ¿acabará gustando a todos a largo plazo? Habrá que esperar a la temporada baja para discernir si con mayor presencia de los santacruceros la nueva oferta se asienta a sus bolsillos.
Ah, y no olvidemos que esto solo es el primer paso de la nueva y futura playa de Las Teresitas.
- Los quioscos estarán formados por una estructura fija de una planta que no excederá los 70 metros cuadrados.
- Cada uno tendrá una superficie de 20 metros cuadrados y contará con una terraza de 50 metros cuadrados donde se colocarán las mesas y sillas.
- No podrán cerrarse las cortinas para no limitar la visibilidad a los usuarios de la playa.
- El suelo deberá ser de tarima de madera fácilmente desmontable con pavimento regular para su fácil limpieza y transitabilidad.
- Cada uno de ellos contará con un aseo ecológico de 7,32 metros cuadrados.
- Podrán expender bebidas, helados y productos empaquetados, limitando las comidas a las elaboradas con plancha, pudiéndose instalar también cafetera y horno microondas.
- Las terrazas podrás tener un toldo para dar sombra y los colores deberán ser blanco y azul.
- El modelo de hamaca deberá tener unas condiciones mínimas de seguridad, comodidad, diseño y aspecto, contando con brazos, estructura tubular en polipropileno tratado anti UV, color blanco, interior en tejido sintético transpirable (tejido recambiable) de color azul. Será apilable con respaldo reclinable en cuatro posiciones.
- Las sombrillas serán portátiles con armazón de acero inoxidable pulido, con altura mínima de 2,40 metros, compuesta por 10 varillas de fibra de vidrio de posición fija, de color azul. El número de estos elementos podrá variar en función de su nos encontramos en temporada alta o no.
Dado que los quioscos dispondrán de aseos ecológicos, las aguas residuales serán tan solo, las provenientes del fregadero. Es por ello que será necesaria la instalación de una fosa séptica de una capacidad máxima de 3.000 litros. El sistema de saneamiento planteado garantizará una eficaz eliminación de aguas residuales, así como la ausencia de malos olores, quedando prohibido cualquier sistema de drenaje o absorción que pueda afectar negativamente el dominio público o a la calidad de las aguas de baño, según establece el Art. 68 del Reglamento General de Costas.
No se autoriza:
- La colocación de barras móviles de apoyo a la actividad fuera de los límites del quiosco bar, así como la instalación de muebles o enseres complementarios de la misma, como aparadores, reposteros, máquinas expendedoras, barbacoas, contenedores de hielo, helados, carritos de venta de comidas, depósitos de basura, cabinas de discos, elementos mecánicos de juegos de niños u otros similares.
- La colocación de medios audiovisuales de entretenimiento, así como cualquier otro que altere el ambiente habitual de la zona.
- No podrán instalarse elementos que limiten la visión de los usuarios de la playa.