Para las Islas, afirmando esto de manera simplista, las cosas se presentaron así y hubo que asimilar rápidamente conocimientos y técnicas de otras culturas culinarias (fusión) y ‘reinterpretar’ –un montón de veces sin éxito- la cocina popular.
Papa antigua de Tenerife | Eduardo Gorostiza
Ante un turismo que se pierde en el horizonte, el restaurador canario hacía gala de platos patrios que no disgustaban al británico, al centroeuropeo, al nórdico,… Pero luego se pensó que era mejor adaptarse y que los foráneos encontraran en su retiro vacacional (dicho sin reproche) sus beans and eggs, embutidos, arenques,… Retornar a aquella propuesta genuina canaria que proclama, per se, esa influencia atlántica no parece que sea una abstracción.
Uno de los expertos y propulsores de fortalecer la base de la Dieta Atlántico, el profesor Francisco Almeida me comentó en una ocasión que “del simple rescate en las bibliotecas o para seminarios de historia… se puede –se debe- transformar en una marca beneficiosa ante los millones de visitantes que recibimos cada año”.Claro está que sufrimos un impasse con lo de los "millones de visitantes" pero la adecuación del concepto global de Dieta Atlántica podrá ir fraguándose de dentro para fuera. Los mismos productos cultivados en Canarias cuentan con texturas y matices diferentes gracias al aporte que les realiza la tierra y el clima.Sólo por este motivo podríamos hablar de la oportunidad de ofrecer esa Dieta Atlántica canaria que aportaría un valor añadido, trascendiendo a la industria turística como así sucede con la Mediterránea, que ha cristalizado como aportación universal a la gastronomía.Una dieta que también se nutre de las incorporaciones de las cocinas de todo el mundo, "gracias a que somos precursores en la creación de restaurantes de otros continentes, junto a productos originales como el Canary Wine que destacara Shakespeare, o los quesos isleños que logran los primeros premios en los concursos internacionales.
Francisco Belín