En el transcurso de la jornada se debatió en cuatro mesas acerca de aspectos como el concepto del turismo gastronómico sostenible, los principales actores de éste en el territorio o los tipos de innovación en este campo.
Para esta cita de cada martes en este blog de Con Cúrcuma, me decanto por la tercera de las mesas que analizó “El Mercado del turismo gastronómico: consumidor local, consumidor de fuera”. Como punto de partida actuó de speaker el fundador y director de Aborigens-Local Food Insiders, de Barcelona, Francesc Castro, junto a la belga Pascale van Weert (Horeca Magazine), la sueca Tove Oskarsson (Revista Gourmet) y el corresponsal de La Vanguardia en París, Óscar Caballero.
“La sostenibilidad no es una tendencia, es una forma de vivir, pero aún en el mundo del viaje la sostenibilidad no tiene la importancia que debería”, se argumentó. “Por ello, valoraron que los periodistas deben transmitir como un valor el esfuerzo que hacen los establecimientos de restauración y hotelería para el cuidado del medioambiente, pero también poner el acento cuando no existe ninguna intención en este sentido”.
Se analizaron claves del futuro basados en algunos interrogantes “que quizá nos lleve a plantearnos a los periodistas cómo adaptarse a las exigencias de la sociedad actual por cuanto la superconexión con los dispositivos hace que todos tengamos un poder de comunicación insospechado hace solo unos pocos años atrás”, afirmó el moderador por Francesc Castro.
Un inicio del hilo conductor basado en claves del futuro del mercado turístico y de los tipos de consumidor de aquí y de fuera. Junto los contertulios, Castro situó la gastronomía como un camp que promueve fórmulas en sus distintas vertientes de influencia “y esto obliga a que también se piense en formatos del periodismo adaptados a las nuevas exigencias para los viajeros; también para romper barreras a la hora de elegir unos destinos unos u otros”.
No olvidaba el moderador que a España vinieron de fuera viajeros, hace muchos años, y que la gastronomía tenía mucho que ver con ello, más allá de lo que hoy puede ser el reclamo de los afamados restaurantes de alta cocina”.
En el punto de partida y presentación, Francesc Castro se preguntó: “cómo convencemos al público los periodistas: ¡CREDIBILIDAD!”, afirmó tajante. Luego se fue preguntando: “¿el periodismo de notas de prensa es útil? ¿la prensa puede cambiar dinámicas enquistadas respecto a la gastronomía, el turismo y el sector primario? ¿escribimos para el público o para los cocineros? ¿nuestros relatos relanzan un patrimonio culinario vivo o lo ‘folklorizamos’ sin más?”.
Existe un consumo de información y de turismo como nunca lo ha habido y “esto debe definir formatos periodísticos claros y adaptaciones para lo que es local, lo auténtico y lo dirigido a las masas…”. Interesante el derrotero de esta mesa concontertulios-ponentes que aportaron su visión desde sus distintas procedencias. Oscar Caballero aseveró que “nunca pensé que haya una misión para el periodista sino que es un servicio al lector.
Considero que Instagram no tiene gran diferencia en modificaciones a aquellas máquinas de escribir, el lápiz, etcétera”. Acerca del sentido de lo sostenible, “detalló que el primer enemigo de este concepto es precisamente la inconsistencia de la sostenibilidad pues existe una contradicción: el turismo, ‘per sé’, no puede ser ni gastronómico ni sostenible” a juicio del experto afincado en París.
También sobre sostenibilidad se aludió a que “las abuelas eran defensoras de lo sostenible pero por sus prácticas basadas en consumir menos;en este sentido, el periodista tiene un trabajo importante que hacer para vender cultura y esencia”. También se afirmó que “la gente viaja como vive pero en los destinos hay que pensar en el patrimonio, en el legado y que éste llegue al consumidor en las mejores condiciones”.
No se debe tirar la toalla en la tarea de ir hacia la sostenibilidad porque todos los esfuerzos que se hacen en el cuidado del patrimonio serían en balde. Cada vez más, el consumidor se preocupa por lo que come, de dónde viene lo que consumen y se lee y se escribe más que nunca acerca de gastronomía. Esa inercia debe ser aprovechada para mejorar el destino, su entorno y el producto de cercanía.