Distintos colectivos sociales y asociaciones ecologistas han mostrado este viernes su “extrema preocupación” por la presencia de ganado asilvestrado en numerosos sitios de Canarias y han pedido su erradicación para salvar los endemismos de las islas, entre otros aspectos. Cabras y ovejas salvajes, así como conejos, muflones o arruís sin dueño generan un “gravísimo” impacto sobre la flora, la fauna, el suelo y, en general, sobre el ecosistema natural de muchas regiones canarias e impiden la recuperación de las comunidades vegetales endémica, afirman en un comunicado.Regiones como el Barranco de Guguy en Gran Canaria, la Caldera de Taburiente en La Palma, los montes de Anaga en Tenerife, el Pico de La Zarza en Fuerteventura, los riscos de Famara en Lanzarote, la laurisilva de La Gomera o Tibataje en el Hierro presentan un “extraordinario” valor natural afectado por esta ganadería ilegal. “Hay que tener en cuenta que la riqueza florística del archipiélago es única en el mundo y que en Canarias existen más de 80 especies vegetales endémicas que están amenazadas (y pueden) desaparecer, principalmente por el daño que le causan estos animales”, han denunciado en un comunicado.SEO Bird/Life, el Grupo de Ornitología de Canarias, la Sociedad Española de Biología de la Conservación, el Jardín Botánico Viera y Clavijo, la Asociación Abeque, Ecologistas en Acción, Ben Magec, Colegio de Ingenieros de Montes, la Real Sociedad Económica Amigos del País de Gran Canaria o la Asociación para la Conservación de la Biodiversidad Canaria han firmado el documento, entre otros.La evolución de los endemismos insulares sin herbívoros ha provocado que no hayan desarrollado defensas contra estos animales, que se introdujeron en las islas “mucho más tarde” y que, además, provocan desertización por resultar “tractores con cuatro patas”. “El pastoreo controlado y profesionalizado no se pone en duda y se reconoce como un pilar económico fundamental del sector primario insular, pero la existencia de herbívoros salvajes incontrolados y sin dueños no se justifica desde ningún punto de vista, y menos aún en los espacios naturales protegidos donde por ley está prohibida su suelta y presencia y por tanto su control”, han añadido.Los firmantes han señalado en esa línea que la existencia de estos animales asilvestrados se vincula a una actividad extractiva “puntual” ejercida por personas sin relación alguna con la actividad ganadera regulada. Los colectivos y asociaciones han subrayado además que en el punto 3 del acuerdo entre pastores y el Cabildo de Gran Canaria, suscrito en marzo de 2018, se recoge claramente que las cabras asilvestradas “no son pastoreo”.