El entusiasmo, la aventura a emprender

La base del entusiasmo está en apasionarnos por la vida, por las personas, los proyectos. Cuando la pasión falla, la responsabilidad y el foco también se van atenuando, hasta que el fuego se apaga por completo. En ese momento, la ilusión y el entusiasmo desaparecen.

Cuando esto sucede, demasiadas son las veces en las que nos quedamos atrapadas buscando culpables.

En mi trabajo, y también fuera de él, me encuentro con personas que lo han perdido por completo. Personas que hacen lo que no quieren hacer día tras día y por un largo tiempo; personas que viven atrapadas en relaciones que no desean, con una pareja de la cual hace muchos años que ya no están enamoradas; personas que hacen su vida en entornos y espacios que, no sólo no les hacen felices, sino que les enferman; personas que van a trabajar para desempeñar trabajos y tareas que, en ocasiones, les hacen entrar en conflicto con sus propios valores.

Decía Kant que el entusiasmo es una “tensión de la energía producida por ideas, que dan al alma brío y actúan con más fuerza y persistencia que el impulso de las impresiones sensoriales”.

Atendiendo a esto, podemos decir que es fácil percibir cuándo una persona está entusiasmada.

Algunas pistas sobre las personas entusiastas:
•    Muestran una actitud proactiva.
•    Están centradas en la búsqueda de soluciones ante las dificultades y los problemas del día a día.
•    Se preocupan por su estado de ánimo. Dedican su vida a hacer lo que les hace felices y esto las mantiene alegres y optimistas.
•    Se entregan a lo que hacen con perseverancia.
•    Emplean el tiempo necesario en investigar y averiguar todo lo que necesitan saber sobre lo que les apasiona.
•    Son personas creativas que fomentan el pensamiento lateral.
•    Gozan de la vida y, a través del gozo, recuperan y muestran su poder.


Y ¿qué podemos hacer para reconectar con ese entusiasmo?
Digo “reconectar” porque ese entusiasmo nos habitó en la niñez, cuando todas nuestras preocupaciones se centraban en el juego. Eso era lo que regía y daba sentido a nuestras vidas: lo único importante era “¿a qué jugamos ahora?” El objetivo estaba muy claro y muy bien definido.

Te doy tres claves que pueden ayudarte a reconectar:
1.- La primera es tener un objetivo que te motive y que genere el impulso que necesitas para ponerte en movimiento.
2.- La segunda es que el objetivo tiene que estar alineado con tus valores, sobre todo con los que dan sentido a tu vida, esos a los que no puedes renunciar. ¿Para qué lo voy a hacer?
3.- Y, en tercer lugar, define cuáles son las evidencias que te permitirán saber que estás en el camino correcto hacia el objetivo. Se trata de que puedas constatar las aproximaciones que estás haciendo.

El entusiasmo es un estado anímico positivo y potenciador, desde el cual se incentiva la sensación de placer, de alegría, de bienestar y de poder. Es por ello que el entusiasmo impulsa a la acción y lo que es más importante, genera felicidad.

¿A tí qué te entusiasma?