El futuro del comercio físico: innovar o morir

Una promoción personalizada al móvil durante una visita a la tienda física con los productos más visitados por ese mismo cliente en la tienda online es un ejemplo.

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A lo largo de mi trayectoria profesional, he trabajado con muchos clientes que gestionaban tiendas físicas, bien una sola o bien varias en forma de cadena. Es evidente que la transformación digital afecta de manera especial a un sector tan atomizado y tan particular como el pequeño retail y que es necesario buscar soluciones para atraer a un consumidor cada vez más digital, con una gran variedad de opciones en el mercado digital.

Independientemente del tamaño del negocio, la clave de las tiendas del futuro pasa por la creación de experiencias para el cliente: showrooms o pop-up stores (apertura de tiendas por un tiempo corto y limitado) son un ejemplo de nuevos formatos que tratan de atraer la atención de un consumidor cada vez más complejo y exigente.

La innovación se alza como uno de los factores clave para mejorar la competitividad del pequeño comercio. La omnicanalidad y capacidad de personalizar el servicio al cliente aparecen como las innovaciones más recientes en el retail y en esos aspectos, el Big Data tiene mucho que ver.

Las principales ventajas que aportan las tecnologías Big Data al sector retail son:

  • Posibilidad de conocer los movimientos de la competencia, permitiendo de esta manera anticiparse a sus acciones.

  • Identificación de patrones de comportamiento así como una mejor comprensión de los hábitos de conducta de los clientes.

  • Innovación para ofrecer al cliente una mejora continua de los servicios, haciéndolos también más personalizados.

  • Anticipación a los cambios o tendencias que puedan surgir en el mercado.

Con el análisis predictivo, el Big Data puede ofrecer información respecto a qué tipo de ofertas promocionar, su duración y frecuencia, así como los productos con los que hay que trabajar y con qué sector de la audiencia.

Las empresas de retail sabrán qué es lo que normalmente compra un determinado cliente y cuándo y qué podría ser su próxima compra. Con ello, las empresas pueden lograr optimizar ciertos procesos, como el surtido de la tienda, proyección de ventas, gestión de inventario y hasta planear la disposición de los productos en las tiendas para facilitar el acceso a determinados productos y aumentar las ventas.

Como comenté antes, la omnicanalidad es vital para el futuro del pequeño comercio. Disponer de una presencia online complementaria a la offline, que sea capaz de generar experiencias positivas y memorables en el cliente, es fundamental. Los retailers que sigan una estrategia de omnicanalidad identificarán a sus clientes a través de los diferentes canales con los que cuenta la marca, a cualquier hora del día y cualquier día de la semana.

Una promoción personalizada al móvil durante una visita a la tienda física con los productos más visitados por ese mismo cliente en la tienda online es un ejemplo de gestión omnicanal del cliente, donde éste se relaciona con la marca de una manera constante.

La ventaja de trabajar con consumidores omnicanal está muy clara: El 70% de los usuarios que visitan una tienda han consultado previamente información acerca de productos en Internet. La tasa de conversión de un visitante multicanal es un 20% superior a la de un cliente monocanal y gasta entre un 15 y un 30% más de media.

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