El resucitador de ‘muertos’

Luis Padilla nos recuerda este martes, como el CD Tenerife se ha ganado, a lo largo de la historia, la fama de resucitador de 'muertos' en el fútbol profesional

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La fama de resucitador de 'muertos' del CD Tenerife tiene décadas de antigüedad. Algunas de las pifias de los blanquiazules tienen nombre propio. Alcañiz (Castellón), por ejemplo, le hizo cuatro goles al Tenerife después de una mala racha… y luego se pasó tres meses y una decena de partidos sin ver puerta. Y Polster (Sevilla) marcó un 'hat trick' en la séptima jornada de un campeonato en el que no se había estrenado y ya había fallado dos penaltis. Y el austriaco estuvo luego otras siete fechas sin marcar y le dio tiempo de errar otro máximo castigo. Eso sí, por un día 'resucitaron' y brillaron contra el equipo blanquiazul.

A nivel colectivo también hay casos sangrantes. Aunque ninguno tan doloroso como la derrota sufrida ante el Logroñés en el curso 94-95, allá ¡por la jornada 321 Para entonces, los riojanos habían sumado sólo una victoria en el campeonato y aún no se habían estrenado en Las Gaunas. La lógica auguraba una victoria sencilla y el grupo que entonces dirigía Cantatore salió dormido. ¿Resultado? El Tenerife perdía 3-0 al cuarto de hora de partido y el bochorno se consumó con un 4-2 definitivo. Y aunque se ignora cuándo nació la fama de resucitador del Tenerife, pero es muy posible que lo hiciera el 13 de marzo de 1988 en Riazor ante el Deportivo.

Los gallegos llegaban a la cita en la penúltima plaza de la Segunda División, convertidos en candidatos unánimes al descenso pese a la ligera mejoría esbozada desde la llegada a la dirección técnica de Arsenio Iglesias, un técnico ya veterano que fue contratado con carácter provisional... y que, quizás a la 'resurrección' experimentada ante el Tenerife, se quedaría más de un lustro en el banquillo deportivista. Eso sí, antes de recibir al equipo isleño, el Deportivo sumaba ocho partidos seguidosd sin lograr la victoria y en los cinco últimos ni siquiera habían logrado hacer un gol. Esa tarde, a los tres minutos, ya iba por delante en el marcador.

Y antes de la media hora, se había consumado la 'resurrección' del Deportivo y el Tenerife ya perdía por 3-0, un resultado que sería definitivo... a pesar de que Heres había detenido un penalti. Dos meses después, los gallegos firmaban una permanencia agónica y confirmaban su regreso a la vida. Todo empezó un domingo en el que Pepe Alzate, entrenador entonces del Tenerife, alineó a: Heres; Toño, Campello, Quique Medina, Luis Delgado; David (Camacho, 80’), Guina (Eduardo, 80’), Mínguez, Víctor; Chalo y Rommel. La debilidad del rival hizo que el grupo saliera confiado... y lo pagó con un gol en propia puerta de Campello en los instantes iniciales.

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Formación del CD Tenerife, temporada 87-88

Tampoco ayudó a la necesaria concentración la prisa que tenía la expedición blanquiazul para llegar a tiempo al aeropuerto de Labacolla, paso previo para poder regresar ese mismo domingo a la Isla. Esa circunstancia hizo que el técnico del Tenerife no pudiera comparecer en rueda de prensa y analizar lo ocurrido en Riazor. Sí ofreció explicaciones al día siguiente, ya en el Heliodoro: “Dimos demasiadas facilidades”, “el primer gol nos desmoralizó”, “si hubiéramos marcado el 1-1 el partido podría haber sido distinto”… Vamos, las mismas excusas escuchadas durante décadas después de 'resucitar' a algún rival.