El ‘trueque’ Pizzi-Kodro

Luis Padilla nos recuerda este lunes el fichaje de Mehmet Meho Kodro por el CD Tenerife en la temporada 96/97.

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“Que me perdone Pizzi, pero como aficionado me gusta más Kodro”, dijo Javier Pérez el 6 de agosto de 1996 tras cerrar el fichaje de Mehmet Meho Kodro (Bosnia, 1967) en una operación relámpago delante de las narices de los dirigentes del Benfica, que estaban en Barcelona para cerrar la contratación del jugador. No es por llevarle la contraria al presidente del mejor Tenerife de la historia, pero mucho me temo que la mayoría de los aficionados blanquiazules se quedarían con Pizzi, que dejaba la entidad blanquiazil tras marcar 89 goles en cuatro temporadas.

Lo curioso es que aquel martes de agosto, avanzada ya la pretemporada y sin tener hueco en el nuevo Barça de Bobby Robson –que había fichado a Ronaldo y Pizzi, amén de repescar a Stoichkov–, Kodro fue al Estadi a recoger las pertenencias que tenía en la taquilla del Camp Nou para luego emprender viaje a Lisboa, pues al día siguiente estaba programada la presentación del jugador en el Estadio da Luz. Y ya en el Camp Nou, Kodro estuvo un par de horas reunido con Manuel Damacio, presidente del Benfica, y con el vicepresidente económico de la entidad lisboeta, Manuel Alves.  

El acuerdo Benfica-Barça estaba cerrado y el conjunto portugués le ofrecía incluso más dinero del que ganaba de azulgrana. Acabada la reunión, ya de madrugada, el futbolista se despidió de los dirigentes del Barça y, tras recoger a su mujer, se fue directo al Aeropuerto del Prat en compañía de Jaume Parés, el administrador general del Barça y de su hermano Mela, que también era su representante. Una vez en el aeropuerto, saludaron a Damacio y Alves… y cogieron un avión para Tenerife. 

¿Qué había pasado? Dos cosas: una, la insistencia de su mujer para no abandonar España; otra, la necesidad de Javier Pérez para dar un golpe de efecto y tratar de contrarrestar el disgusto que supuso la marcha de Pizzi al Barcelona. Por el camino, según confesaría Joan Gaspart, vicepresidente del Barça, “el Tenerife tuvo que ceder en lo que no quiso ceder hace tres días”. O lo que es lo mismo, debió hacerse cargo de los 50 millones de pesetas establecidos en una cláusula de prórroga de Kodro. Y abonar los 400 millones de pesetas en los que quedó fijado su traspaso.  

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Kodro, con la camiseta blanquiazul

No era mucho dinero por un delantero que había hecho 73 goles en 129 partidos ligueros con la Real Sociedad en Primera División y que había marcado otros quince tantos el curso anterior con el Barça en 43 partidos oficiales a pesar de sus lesiones... pero sí eran, por ejemplo, 400 millones de pesetas más de los que había pagado el Barça por Pizzi, oficioso bota de oro europeo el curso anterior con el Tenerife de Heynckes. Para poder ganar con el trueque, quedaba, eso sí, “la posibilidad de que Kodro vuelva a ser el 'pichichi' de la Liga”.  

No lo fue. En tres temporadas como blanquiazul, lastrado por las lesiones y por la angustia vivida por su familia al recrudecerse la guerra en Bosnia, sólo hizo 22 goles en los 85 partidos oficiales que disputó. Y ninguno de esos tantos en su último ejercicio como blanquiazul, cuando el Tenerife se fue a Segunda División.