Empacho de empates

Luis Padilla nos cuenta en AtlánticoHoy que el Tenerife no pierde un partido desde el pasado mes de abril. Ni oficial ni amistoso. Pero empata más que gana.

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El Tenerife no pierde un partido desde el pasado mes de abril. Ni oficial ni amistoso. Curiosamente, desde entonces atraviesa una crisis que el ejercicio pasado le llevó a despedirse de las opciones de disputar los 'playoffs' de ascenso y que le tiene este curso en la decimocuarta plaza de la Segunda División, lejos de la zona noble.

El Tenerife de Etxeberria lleva siete igualadas en los ocho últimos partidos tras sumar sólo una en los doce primeros encuentros con el técnico vasco

Más allá de las sensaciones, la realidad es que el grupo de Etxeberria no ha vuelto a caer desde que lo hiciera hace más de cuatro meses en Vallecas, contra el Rayo y el arbitraje de Cordero Vega. Sin embargo, el pesimismo invade el Heliodoro. La paradoja tiene una explicación: desde entonces, el Tenerife se ha hartado a empatar partidos.

La racha de igualadas no sólo afecta a los partidos oficiales, sino que se extendió a la pretemporada: los dos torneos conquistados, la Copa Mahou y el Trofeo Teide, llegaron tras imponerse en la tanda de penaltis a Las Palmas y Celta B, respectivamente. Mientras, en la Liga suma un triunfo ¡y siete igualadas! en sus últimas ocho apariciones.

El empacho de empates del Tenerife contrasta con la racha vivida por el equipo desde la llegada de Etxeberria. Así, el conjunto blanquiazul sólo firmó unas tablas en los doce primeros partidos con el técnico vasco. Ganaba con frecuencia y perdía alguna vez, pero no empataba casi nunca. En números: siete triunfos, una igualada y cuatro derrotas.

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Sin embargo, tras la derrota en Vallecas, no ha dejado de empatar. Sólo se rompió la racha el curso pasado ante el Sporting (1-0), con un gol de Malbasic a ocho minutos del final. Además, una peculiaridad ha acompañado a los siete empates blanquiazules: el Tenerife nunca fue por delante en el marcador y siempre estuvo obligado a remontar.

Así, el curso pasado igualó ante el Almería (0-0) en un partido sin goles, mientras que contra Reus (1-1), Cádiz (1-1) y Albacete (1-1) fue el rival quien se adelantó en el marcador, obligando al Tenerife a luchar contra el tiempo. Y lo mismo ocurrió esta temporada con Nástic (1-1), Almería (1-1) y Depor (2-2), donde pagó sus salidas frías.

Un análisis global de estos encuentros permite concluir que el Tenerife compite, que no se rinde, que tiene capacidad física y que es capaz de luchar contra el marcador, pero también que si 'regala' las primeras partes no le alcanza para ganar. Y también que, de empate en empate, se suma poco. O no lo suficiente para aspirar al ascenso.