La salud bucodental

Parece que solo nos acordamos de ir al dentista cuando nos duele una muela o notamos alguna molestia en la boca, ¿verdad? No debería ser así.

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Hoy hablaré de la importancia de una correcta salud bucodental. Y es que parece que solo nos acordamos de ir al dentista cuando nos duele una muela o notamos alguna molestia en la boca, ¿verdad? No debería ser así. Igual que el coche pasa una ITV cada cierto tiempo, nuestra boca debería ser revisada al menos una vez al año, con más razón si eres fumador (el tabaco dará para otro post en este blog), estás embarazada, eres diabético o padece alguna patología crónica que conlleve más riesgos de infección o de desgaste del esmalte.

La higiene bucodental es uno de los objetivos prioritarios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que la boca constituye una puerta de entrada a nuestro organismo.

Una correcta salud bucodental supone, entre otras cosas, que tengamos una adecuada capacidad masticatoria. Esto, junto con una adecuada alimentación, conlleva una mejor situación nutricional. Además, tener una boca saludable y cuidada influye en la esfera estética con una consecuente mejoría de las relaciones sociales. Todo en su conjunto, influye de una forma u otra en nuestra calidad de vida.

Por otro lado, y todos los que hemos ido al dentista lo sabemos, los problemas bucodentales representan un alto coste económico. Es por ello, que “más vale prevenir que curar” ya que no es lo mismo llevar el coche al taller para una revisión, que llevarlo para arreglar una avería que ya lleva un tiempo produciendo daños en nuestro coche. 

A continuación haré un breve repaso de la morfología del diente y de la cavidad oral para entendermejor este post.

El diente es un órgano duro, blanco y liso que sirve básicamente para masticar los alimentos, (esto ya lo sabías). De exterior a interior en el diente encontramos: el esmalte, como capa protectora más externa, libre de sensaciones dolorosas; la dentina, capa intermedia que sí presenta respuesta dolorosa ante ciertos estímulos si no posee la capa protectora del esmalte por algún daño; y la pulpa, zona más interna del diente, irrigado por vasos sanguíneos e inervado por fibras nerviosas, que al ser extremadamente sensibles pueden originar dolor dental si hay daño. Estos anteriores son los tejidos dentarios y la encía es el tejido peridentario blando que se adhiere al cuello de los dientes.

Además, en la boca tenemos la saliva (esto también lo sabías). Sus funciones principales sonhumedecer y lubrificar los alimentos, arrastrar restos celulares y desechos alimentarios, lo que contribuye a una limpieza de los dientes. Posee una amplia acción bacteriana y amortigua la acción de los ácidos producidos por los microorganismos de la placa dental. Por último, cabe destacar que contribuye a la remineralización de la superficie del esmalte por su alto contenido en iones de calcio, flúor y fosfato. Durante las horas de sueño la saliva se halla en menor cantidad en la boca, lo que implica un descenso de su actividad tamponante y remineralizadora. ¡¡Acostarnos sin habernos cepillado los dientes debería estar prohibido!!

Después de cada comida, los alimentos sufren cambios, que favorecidos por las bacterias de la boca, dan lugar a la formación de una especie de película que se adhiere a la superficie del diente. Esto es lo que conocemos como “placa bacteriana”, ésta puede ser fácilmente eliminada con el cepillado de los dientes. Si no tenemos una adecuada higiene y salud bucodental se podrían producir enfermedades bucodentales. La caries y enfermedades periodontales, están entre las más prevalentes del ser humano. Todas ellas prevenibles y tratables. 

La caries dental es unproceso que provoca destrucción del diente como consecuencia de la acción de las bacterias y de sustancias dañinas como el azúcar. 

Por otro lado, es especialmente relevante la periodontitis, que causa una destrucción progresiva de los tejidos que sostienen a los dientes, conduciendo eventualmente a su pérdida. Está causada por la formación de un biofilm microbiano patógeno, a nivel subgingival (bajo la encía), que induce una respuesta inmunoinflamatoria en los tejidos, que en las personas susceptibles puede acabar destruyendo los tejidos de soporte del diente (incluyendo el tejido óseo), haciendo que la enfermedad progrese y eventualmente cause la pérdida del propio diente.

¿Cuáles son los signos de la enfermedad de las encías?

  • Las encías sangran al cepillarnos los dientes.

  • Nuestras encías están rojas, inflamadas o son dolorosas.

  • Encías flojas, “sueltas”.

  • Dientes flojos, “sueltos”, o cambios en su posición.

  • Mal aliento persistente.

  • Cambios en la mordida.

Recuerda que también puedes tener enfermedad periodontal sin tener ninguno de los signos anteriores.

A continuación, y ya para terminar este post, dejo una serie de recomendaciones generales para mejorar nuestra salud bucal, y en consecuencia, como vimos antes, nuestra calidad de vida:

  • Visitar una vez al año al odontólogo para que realice una revisión e higiene bucal completa.

  • Llevar una dieta equilibrada. No comer alimentos ricos en azúcares refinados (esto también dará para otro post), con más razón cuando se hace entre horas. Evitar bebidas carbonatadas por su alta acidez. No consumir bebidas alcohólicas. 
  • No fumar (por muchos motivos más, no solamente por lo que compete a este post). 
  • Cepillar los dientes después de cada comida, o como mínimo, antes de acostarse, abarcando todas las superficies dentales y durante un tiempo no inferior a 3 min. Dediquemos unos minutos del día a nuestra salud bucodental.

  • Utilizar el cepillo dental más adecuado para cada uno y su renovación cada 3 meses, o antes, si éste se deteriora (cerdas deformadas). No olvidar el uso de la seda dental, los cepillos interdentales y los colutorios para lograr una higiene completa.

  • Asesorarnos sobre el dentífrico más conveniente para nuestro caso particular.

Tomémonos el hecho de ir al dentista, y tener una adecuada higiene y salud bucodental, como una inversión a largo plazo.