A mí, que en los años 80 detestaba la informática, que por otro lado, en aquella época era aburridísima, un montón de códigos complicados para hacer tres tonterías. Recuerdo que la informática, era una asignatura optativa en el instituto, y yo nunca la elegí.
¡Pero cómo han cambiado las cosas desde entonces!
Y llegaron los años 90, y con ellos internet para todos los mortales, y eso sí que despertó mi interés. En el año 98 entré en contacto con la red, cuando aún había que ocupar la línea telefónica para utilizarlo ¿recuerdas?
Al principio, me pareció algo entretenido y divertido, que utilizaba exclusivamente para enviar emails, chatear con amigos y ver páginas web de mis marcas favoritas.
Gracias a ese tiempo como usuaria, comencé a coger soltura manejándome con el ordenador.
Hacía tiempo que me asaltaba la idea de tener mi propio negocio, pues siempre he tenido un alma independiente, pero realmente no tenía claro qué hacer, ni creía tener dinero para una inversión mínima.
Después llegó el paro, tras más de diez años trabajando para otros, sacrificando vida y familia, por un sueldo que me daba justo para vivir.
Y ahí comenzó la búsqueda...
Estuve deambulando por varios empleos y épocas de paro, y claro, mi deseo de tener mi propio negocio, comenzó a hacerse más intenso. Utilizaba internet para buscar empleo y respuestas a preguntas del tipo: ¿Cómo ganar dinero?
Internet representó una gran herramienta para esa búsqueda.
Y así, encontré tanto la profesión a la que hoy me dedico “el coaching” y más tarde me especialicé en “marketing digital”
El caso es que ya llevo una carrera hecha en internet que se remonta al 2007, pero lo más grande, son los beneficios que ha supuesto para mi vida personal.
Trabajé muchos años para otros, con horarios esclavos que no me permitían dedicarle tiempo a mi hija, a la que tenía que obligar a darse unos madrugones que no eran sanos, desde muy pequeña.
Cuando comencé a vivir de internet como autónoma, ya mi hija era mayor, pero en 2013 llegó un nuevo miembro a la familia, mi nieta Dalia, a la que pude dedicarme por entero, e incluso tener en brazos mientras atendía a mis clientas online. Eso no tiene precio, más para una persona como yo, que vivió la impotencia de no poder darle tiempo de calidad a su hija.
El caso es que a día de hoy, vivo de lo que me gusta, con libertad de horarios, pudiendo dedicar tiempo de calidad a mi familia, y todo ello se lo debo a poder tener mi propio negocio en internet.
Encima he sido reconocida públicamente, y he vivido experiencias, que jamás habría podido soñar...
Con este post, no pretendo presumir de mis logros, sino transmitirte a ti, que me estás leyendo, que en internet existe una gran oportunidad.
Y que en este blog espero poder guiarte para que tú también lo consigas.
Porque a día de hoy, puedo decir: Que las nuevas tecnologías cambiaron mi vida, y que también pueden cambiar la tuya.
Ana Zabaleta