Los Hábitos del Éxito

Cada cual tiene su propia definición de éxito y todos queremos tener éxito en la vida, ya sea en el área del amor, del trabajo, de las relaciones sociales o en el ámbito de la salud emocional y física. Para ello es muy interesante empezar a desarrollar ciertos hábitos que nos pueden ayudar en esa búsqueda personalizada de éxito, en ese camino hacia la evolución personal, porque tener éxito no es más que poder llevar a cabo alguna cosa que sé que soy capaz de hacer, pero que aún no estoy haciendo. Quizás te encuentres en esa búsqueda y algo en lo más profundo de ti te está diciendo que eres capaz de hacerlo. Y justamente nos sentimos exitosos cuando nos accionamos y conseguimos ese objetivo que nos hemos propuesto, porque hemos hecho uso de las capacidades, la inteligencia y la autodisciplina de la que disponemos para lograrlo. 

Eso es éxito

A continuación te expongo los cinco hábitos que puedes empezar a integrar para lograr los objetivos que te has propuesto alcanzar en relación a tu éxito personal o profesional. 

Se trata de un concepto que está ligado a personas que conoces, o que aún no conoces, pero que formarán parte de tu vida. Podemos encontrar muchos little man en la familia, entu círculo de amistades o en el trabajo. The little man es una persona que ha vivido ciertas experiencias en su vida, que tenía proyectos importantes en mente, que se ha accionado para lograr sus objetivos, pero que ha fracasado en la mayoría de sus intentos. Cuando te encuentres haciendo algo similar a lo que él hizo, pues en una proyección errónea de su realidad, the little man te avisará, con toda su “buena fe”, de que lo que pretendes hacer es imposible. Te va a animar con ahínco a que abandones tu proyecto si no quieres terminar arruinado, frustrado y humillado como él. El argumento principal del little man es que si él no lo ha conseguido, tú tampoco lo vas a lograr. Así a priori, parece un gesto bien intencionado a tener en cuenta, sobre todo si el proyecto al que nos lanzamos requiere de una fuerte fuente de inversión económica, con el respectivo riesgo asociado. Pero el little man tiene un sesgo muy importante a tener en cuenta: esa persona no conoce tus capacidades. El little man habla desde su propia experiencia subjetiva, pero ¿quién te dice a ti que no vas a lograrlo donde otros antes fracasaron? Para que no lo consigas, ya sea por su EGO, por miedo a que sufras o por la frustración que puede representar ver como otro triunfa donde él sucumbió, el little man va intentar rebajarte al máximo, desmotivarte, y a sembrarte de miedos y dudas para que desistas en tu intento, antes de haber ni tan siquiera empezado a accionarte. 

Te va a desvalorizar para ello indirectamente

Por eso es muy importante no escuchar a ese tipo de personas. Porque muchas veces (la mayoría de las veces) esa persona será un miembro de tu familia, que tiene como principal intención protegerte y cuidarte. ¿Cuántas personas dejan de perseguir su pasión por culpa de la proyección inconsciente de miedos de otras personas? Muchas. Pero si ese proyecto representa tu pasión, entonces seguramente tendrás éxito, porque no sólo serás bueno en lo que haces, sino que trabajarás duro sin ni tan siquiera esforzarte. Ten presente, que por muy padres o amigos que sean, ellos no pueden conocer tus propias capacidades y tu potencial en el medio plazo. Tú sí que conoces tu verdadero potencial si tienes claro tu proyecto de vida. Así que ten esto presente: tú decides. 

La única persona que puede impedir su éxito es uno mismo

Es bueno mantener a raya el pensamiento mágico, pero ¿por qué limitarse en nuestros sueños? Empieza a borrar de tu vocabulario y discurso interno el "me gustaría, tengo ganas, quiero intentarlo, algún día lo haré". Este discurso es una forma muy directa de poner límites a tu propia capacidad. Dentro del "me gustaría" por ejemplo, hay un mensaje de imposibilidad, de esfuerzo y pasividad que se empieza a tatuar en tus patrones invisibles. Esos patrones son los que te van a condicionar en buena medida, como creencias limitantes inconscientes, cuando decidas accionarte. 

“Me gustaría tener un trabajo que… me gustaría tener una pareja que…, pero sé que nunca lo conseguiré”

No limites tu sueño, no le pongas números a tus pensamientos, porque ese discurso va a determinar lo que serás capaz de conseguir. Ten sueños grandes, amplios, realistas,muévete en esa dirección sin limitaciones, sin miedos desde un movimiento coherente y honesto con lo que puedes sostener. Te animo a que empieces por algo que puedas sostener, un objetivo pequeño pero que represente un reto para ti. A partir de ahí ve subiendo de manera escalonada en la dirección de tu verdadero sueño. 

Los que me conocen de mis redes sociales saben que vengo de la escuela del trabajo duro, pero con cariño. Ir más allá de las propias limitaciones día a día es una tarea muy interesante, siempre que esté acompañada de un fuerte sentimiento de compromiso en relación al amor propio. Machacarse hasta la extenuación no tiene sentido por las repercusiones físicas y psíquicas que ello conlleva. Pero si llegas a casa cansado y entonces decides quedarte todo el resto de tu tarde sentado en el sofá, mirando unas cuantas series en Netflix o jugando a juegos de consola, entonces tampoco te estarás respetando, pero desde el opuesto de la balanza. Si cuando trabajas te tomas mil y una pausas, y al final del día no has hecho nada, pues te quedarás ahí, tal y donde estás, en la pausa eterna. 

Trabaja duro, desde el equilibrio y el auto-respeto para sostener un movimiento de compromiso contigo mismo para con el proyecto que has decidido emprender. 

Debemos parar de buscar o encontrar excusas para no accionarnos. Justificar la pasividad es algo muy reconfortante, yo lo he hecho muchas veces, porque le das un sentido racional a tu inactividad, y rebajas la ansiedad. Te dices: 

“No, ¿sabes qué? me voy a ver una serie un ratito porque me lo merezco, porque hoy he tenido un mal día.”

De repente has conseguido darle un sentido a tu inacción. Te has auto-convencido en una jugada magistral desde un estado de creatividad absoluta, de que lo mejor era parar y darte un respiro. Si lo haces de manera puntual, está bien. Puede ser una manera de auto-respetarse y cargar pilas. Pero si esa tendencia es muy recurrente, entonces debemos tomar conciencia de que estamos delante de un patrón promovido por el autoengaño. Cuando paramos de buscar excusas es cuando podemos empezar a trabajar desde un nivel de honestidad equilibrado. Si el éxito para ti es llegar a casa después de un largo día de trabajo, ponerte a ver la tele, tomarte unas pizzas y cervezas, pues está bien. Ya lo has conseguido. Que nadie juzgue tu concepto de éxito porque es el tuyo. Pero si tu visión del éxito es llevar a cabo otro proyecto que es independiente a tu trabajo, pues no te queda otra que llegar a casa y seguir trabajando, por muy cansado que estés.

Hasta que lo consigas, hasta que lo hagas realidad

Reforzar ese trabajo duro con pequeños premios, como ver una serie es algo muy interesante. Pero antes de ello: trabaja duro y vive tu propia vida. Te animo a que dejes de observar la vida de otros, de proyectarte en la vida de otros, porque eso es lo que hacemos cuando miramos una película o una serie. 

Proyectarnos en el protagonista y experimentar una ilusión de una vida que no es la nuestra

¿No crees que es más interesante accionarse para vivir nuestra propia experiencia de vida dejando de buscar excusas para ello?

A día de hoy, asociar nuestro proyecto profesional o personal a nuestra pasión es algo fundamental, porque vivimos en el siglo de la híper-competitividad. Si lo que haces no te apasiona, vas a tener que tirar mucho de la autodisciplina, del auto-sacrificio y del autocastigo. Sin embargo, si lo que haces te apasiona, puede ser que empieces a experimentar cierta obsesión positiva por lo que haces. Seguir nuestra pasión con cierta obsesión es muy interesante por el nivel de eficiencia y productividad que conlleva. Esa obsesión, como siempre, tiene que estar equilibrada, tiene que ser sana, promotora de fuerza y continuidad. Es un nivel de conexión con tu proyecto, que puedes estar comiendo, paseando por el bosque o hablando con un amigo, y de repente tal estímulo te puede llevar a una idea que te vas a apuntar y que puede que marque la diferencia en la consecución de tus objetivos. Ese nivel de pasión hace que todo se vaya conectando y que cobre cierto sentido. Aquí es cuando aprendemos de verdad, tomamos conciencia de nuestras competencias y logramos que nuestra pasión se convierta en nuestro medio de vida. Toma conciencia que esa pasión estará presente cada día de la semana directa o indirectamente. Ese nivel de conexión te va a aportar felicidad, porque piensa que la felicidad es la suma de todo lo que hacemos a lo largo del día. 

Si cada día te accionas desde el prisma de tu pasión, entonces es como si estuvieras viviendo en una felicidad constante