Paliza al subcampeón de Copa

Luis Padilla nos recuerda este martes, el día en el que el CD Tenerife goleó al Real Betis; equipo que venía de ser flamante subcampeón de Copa

Guardar

Featured Image 15579
Featured Image 15579

La final de la Copa de España de 1931 forma parte de la historia del fútbol español. Porque el Athletic de Bilbao ganó el título y logró así su segundo doblete consecutivo y porque, por primera vez en la historia, un equipo de Segunda División, el Betis Balompié, alcanzaba la final. Bueno, también entró en la historia por celebrarse en un ambiente de júbilo popular tras la proclamación de la II República Española. Aquel día, en el viejo Chamartín y sobre un barrizal infame, el ministro de Hacienda, Indalecio Prieto, entregó la copa a los vencedores y destacó “la gallardía mostrada por los vencidos, que ojalá se diera también en política”.

Para llegar hasta ahí, los verdiblancos, sextos clasificados en Segunda División, habían dejado en el camino al Madrid y al Arenas de Getxo, ambos de Primera División. A estos últimos los eliminaron tras un partido de desempate que les hizo llegar agotados a la final. Y luego, en su compromiso ante los Blasco, Muguerza, Iraragorri, Bata, Chirri y Gorostiza, el Betis padeció además la lesión de su portero. Mes y medio después, los andaluces llegaban a Tenerife y, tras un encuentro de aclimatación saldado con victoria (1-0) ante el Unión (entonces sin el título de Real), el viernes 14 de agosto de 1931 se midieron en el Stadium al Tenerife.

Alberto Abrisqueta, el entrenador local, alineó esa tarde a: Cayol; Llombet, García I; Esquivel, García II, Arsenio Arocha; Torres, Rancel, Arencibia, Semán y Luzbel. Los verdiblancos salieron también con su equipo de gala, con diez de los once futbolistas que habían sido titulares en Chamartín. Entre ellos, los grancanarios Adolfo Martín y Pedro González, 'Timimi'. Al año siguiente, ambos serían vitales en el ascenso del Betis a Primera División. Y en la primavera de 1935 celebraron como titulares el único título liguero de los verdiblancos en su historia. Eso sí, aquella tarde fueron barridos por el Tenerife y al descanso ya perdían por dos-cero.

En los primeros minutos, Arencibia avanzó en velocidad desde el centro del campo y superó a Jesús con un tiro suave y colocado, alejado del habitual cañonazo de la época. Luego, don Pancho se retrasó unos metros para servir a Luzbel, que desde la izquierda dio un pase preciso que Torres, el otro extremo, empujó a la red. Arencibia de penalti, Semán y Luzbel cerraron la goleada definitiva (5-0), sin que los béticos pudieran batir siquiera en una ocasión a un inspirado Cayol. Mientras, el Tenerife se entretenía con jugadas de tiralíneas o con taconazos como el que ejecutó Semán en la acción del cinco-cero para regalarle el tanto a Luzbel.

Image

Formación del CD Tenerife, temporada 31-32

Eso sí, acabado el partido, Abrisqueta pasó factura a los críticos que ya había en la época y protestaban por todo. Y que preferían ver a Arencibia de mediocampista, al insistir que el Tenerife había goleado “con Arencibia en el centro del ataque”, algo no del todo cierto, pues don Pancho se retrasaba para iniciar los ataques y así descolocaba a la zaga rival. Dos días después, el Tenerife se imponía al Betis por 3-1. Y al domingo siguiente, por 5-2. O lo que es lo mismo, tres 'repasos' al subcampeón de la Copa de España.