Después de la derrota un tanto agridulce con el Gimnástic de Tarragona, la nota positiva de la penúltima jornada liguera, ha sido que nuestro representativo tinerfeño se ha clasificado por primera vez, desde que este tipo de sistema de ascenso se lleva a cabo, para los playoff.
Y lo hace con la duda flotando en el aire, ya que a falta de una jornada, el conjunto tinerfeño es quinto, con lo que significa que a día de tendríamos el factor campo en contra, así como la resolución de la eliminatoria ante un hipotético empate. Pero bueno, esto es hacer muchas conjeturas a estas alturas todavía de la película.
La realidad y nuestro sino es que acabaremos tal y como parece que acabaremos. Y es que el único fin de que si subimos, es que lo hagamos de la manera más difícil y con el mayor grado de sufrimiento posible. Y ustedes dirán: ¿Por qué? Pues porque somos el Tenerife.
Ya nos pasó en el último ascenso que vivimos en Hospitalet, en donde volvimos al fútbol profesional. Hasta el último minuto no pudimos celebrar aquel ascenso de categoría, que por la entidad del CD Tenerife, era más una obligación que otra cosa. Nos pasó en Girona, con algo menos de sufrimiento, con el gol de Kome y en tiempos más pretéritos con aquel golazo de Hugo Morales ante el Atlético de Madrid en un abarrotado Butarque de colchoneros.