¿Qué y cuáles son los factores de riesgo cardiovascular?

Conoce cuándo debes acudir a tu médico y qué debes cambiar para mejorar tu calidad de vida

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Los factores de riesgo cardiovascular (FRCV) son hábitos o características biológicas que aumentan la probabilidad de sufrir un evento o enfermedad cardiovascular en aquellas personas que los presentan a corto o largo plazo. Normalmente los cálculos estiman el riesgo a los 5 - 10 años. Aunque aumentan el riesgo de dichos eventos es importante decir que el hecho de no tener ningún factor de riesgo no nos libra al 100% de padecer un evento cardiovascular (y viceversa) pero si reduce notablemente su incidencia y es por ello que se hace tanto hincapié en ellos desde el ámbito sanitario.

Para entenderlos y abordarlos mejor, lo primero es conocer cómo se clasifican. Los podemos dividir en dos grupos, factores de riesgo no modificables, y otros que sí lo son. Entre los no modificables se incluyen: el género (hombre/mujer), los factores genéticos, los antecedentes familiares y la edad. En cuanto a los modificables, que son los de mayor interés, porque es sobre ellos dónde se podrá actuar para la prevención, encontramos: la hipertensión arterial, el hábito tabáquico, la hipercolesterolemia, la diabetes mellitus, el sobrepeso (principalmente obesidad abdominal), todos ellos frecuentemente unidos al sedentarismo y relacionados entre sí de forma sumatoria. Estos últimos, los factores modificables, tienen un peso importante ya que son los que tienen mayor asociación con la enfermedad cardiovascular y están altamente presentes, en mayor o menor medida, en la población general.

La enfermedad cardiovascular, al igual que en el resto de países occidentales, es la primera causa de muerte en España (40% de todas las defunciones en 1992); las distintas sociedades científicas en su afán de prevenir la arterioesclerosis, causa fundamental de la enfermedad cardiovascular, y dado su origen multifactorial, recomiendan la estimación del riesgo cardiovascular global para clasificar a las personas en los distintos grupos de riesgo, en base a poder priorizar las intervenciones a través de cambios en el estilo de vida y/o con fármacos sobre los factores de riesgo. Se hace especial hincapié en pacientes ya diagnosticados de enfermedad coronaria establecida u otras enfermedades ateroescleróticas. Pero también en personas sanas con riesgo alto de desarrollar enfermedad coronaria u otra enfermedad ateroesclerótica, ya que presentan una combinación de factores de riesgo o un solo factor de riesgo en forma grave. También en familiares de primer grado de pacientes con enfermedad coronaria de aparición precoz u otra enfermedad ateroesclerótica y de personas sanas con riesgo cardiovascular muy alto.

¿Cuándo debes acudir a tu médico?, ¿Cada cuánto tiempo? Si sabes que tienes uno o más factores de riesgo, por ejemplo eres fumador o tienes tensión alta, no solo debes acudir al médico cuando estés mal, con fiebre o te duela la barriga, también debes hacerlo encontrándote bien, ya que desde atención primaria realizamos controles de salud de forma regular en función de las características de cada persona. El ignorar estos factores de riesgo no hace que su presencia y su peso en nuestra salud desaparezca, por lo que mi consejo es que acudas a tu médico y al menos empieces por ser consciente de qué cosas estás haciendo bien y qué cosas no tan bien y puedas escuchar consejos sanitarios que pueden mejorar tu calidad de vida.

¿Cómo afectan dichos factores a mi riesgo cardiovascular?, ¿Cómo podría saber qué impacto tendría en un futuro un cambio en el estilo de vida y el mejor control de dichos factores de riesgo? Existen muchas formas de calcular el riesgo cardiovascular, hay varias fórmulas que estiman el riesgo de sufrir un evento cardiovascular en los próximos años en función del peso de varios baremos (peso, TA, colesterol, etc.). En atención primaria disponemos de “calculadoras” en el sistema operativo, que nos facilitan el trabajo diario porque ahorran tiempo de cálculo y nos permiten estimar dicho riesgo futuro de forma individual. Se trata de una forma muy gráfica y visual ya que cambiando algún dato, como por ejemplo, quitando el tabaco o mejorando los controles de tensión arterial, se reduce notablemente el riesgo y es muy llamativo para los pacientes.

Existe un estudio muy conocido llamado Estudio Framingham iniciado en 1948 en EE.UU. El principal objetivo del estudio Framingham era la detección precoz de las enfermedades cardiacas, así como el diagnóstico de las manifestaciones banales en personas aparentemente sanas. El objetivo inmediato del estudio era el control durante 20 años de las enfermedades coronarias y de la hipertensión arterial en la población comprendida entre 30 y los 60 años. En los sucesivos controles, aumentaron el número de personas que fueron pasando de la categoría de libres de enfermedad a la de afectados, refiriéndose a que presentaban manifestaciones clínicas cardiovasculares. El impacto del estudio Framingham en la práctica médica ha sido enorme. Hasta los años 50 del siglo pasado, se consideraba como normal a toda persona que aun teniendo constantes vitales o de laboratorio alteradas, no padecía signos clínicamente demostrables de enfermedad. Se calificaron de benignas a aquellas constantes anómalas, pero soportadas sin molestias clínicas. Gracias al seguimiento de la historia natural de la arteriosclerosis se formularon nuevos criterios de normalidad. Se consideró como persona sana a aquella que no solo no padecía manifestaciones clínicas sino que además carecía de grandes posibilidades de desarrollarla, por no presentar las llamadas alteraciones benignas. Bajo el nuevo criterio de persona sana, se introdujo en la práctica médica el concepto de factores de riesgo de sufrir una enfermedad.

En futuros “post” del blog abordaré de forma más detallada algunos de los factores de riesgo pero me parecía interesante un abordaje general del tema ya que creo que mucha gente desconoce la implicación de los factores de riesgo cardiovascular en la esperanza y calidad de vida.

Neurosciences and History 2016; Framingham Heart Study; Fisterra.