Si no quieres caldo... toma dos tazas

Luis Padilla nos habla del año que el CD Tenerife acabó vendiendo a Justo Gilberto a Las Palmas.

Guardar

Featured Image 15889
Featured Image 15889

El Tenerife 66-67 se agarró a la mejor versión de Justo Gilberto para sobrevivir en un curso en el que una extraña decisión de la Federación Española colocó al equipo blanquiazul en el grupo Norte de Segunda División. Allí fue entre prácticas habituales como la contratación de un nuevo técnico, el catalán José Luis Riera, que en la categoría de plata había dirigido a equipos andaluces como San Fernando, Cádiz, Málaga o Recreativo. También hubo novedades: el Heliodoro estrenó iluminación artificial... y la afición inició el curso enfadada. ¿La razón? El traspaso de Martín Marrero y José Juan a Las Palmas. Además, Felipe Alberto y Paquillo se fueron al Castellón y Martínez dejó el fútbol profesional.

Para mitigar las críticas, el presidente López Gómez repatrió al chicharrero Rincón (Levante), al lagunero Ravelo (Córdoba) o al orotavense Sánchez (Las Palmas). Y mediado el curso contrató al grancanario Lolín. Eso sí, el mejor 'refuerzo' lo encontró en la cantera: José Antonio Barrios, un pibe de 17 años que con el tiempo jugaría gratis para su equipo y sería directivo, vicepresidente, secretario técnico, entrenador... Otros canteranos como Mendoza, Seo, Mario y Braulio no explotaron, pero Barrios marcó once goles –nueve en Liga y dos en la Copa del Generalísimo– y formó parte de un 'once tipo' compuesto por Gómez; Morín, Rincón, Molina, Álvaro; Sicilia, Castro, Santiago, Gilberto; Ravelo y Barrios.

Los grancanarios Godoy y Lolín también tendrían protagonismo en la segunda vuelta, aunque el líder de aquel Tenerife 66-67 fue Justo Gilberto, quien firmó un curso superlativo con 16 goles –quince en Liga– y dianas decisivas en los 1-0 ante Osasuna, Torrelavega o Rayo. Además, el Tenerife debió sobreponerse a la lesión de Molina, que el día de Año Nuevo de 1967 se rompió el menisco y los ligamentos de su rodilla derecha en un partido ante el Ferrol. En un tiempo sin sustituciones, se puso de delantero para no dejar a su equipo con diez y le dio la victoria (2-1) al marcar el 'gol del cojo' a veinte minutos del final. Fue su primer tanto en el Tenerife... y el último partido que jugó en 21 meses.

Aquel Tenerife también se sobrepuso a su traslado al grupo Norte. Jugó así en campos embarrados y ante equipos como Real Sociedad, Sporting, Celta, Osasuna, Oviedo o Rayo, los seis primeros de una competición de enorme nivel. Nunca se adaptó a esos escenarios y a unos viajes agotadores y sólo sumó dos puntos como visitante: trece derrotas y dos empates. Eso sí, nadie le ganó en el Heliodoro, donde logró once triunfos y cuatro igualadas. Y eso le dio una permanencia solvente, pues no bajó de la undécima plaza en toda la segunda vuelta. Por el camino, un jugador blanquiazul alcanzó la internacionalidad ¡sin salir de la Isla! Fue el 'Tigre' Barrios, que con 17 años debutó con la selección juvenil.

Image

El Tenerife 66-67 forma en el Heliodoro en un partido nocturno tras la inauguración de la iluminación artificial.

Fue en una cita clasificatoria para el europeo ante Portugal en La Rosaleda (Málaga) y marcó dos goles. De regreso a la Isla, celebró su éxito con otros dos tantos ante el Racing. Aquellos tantos dieron prestigio y puntos a la entidad, pero no dinero. Y acabado el ejercicio, fue preciso cuadra las cuentas. La solución que encontró López Gomez fue vender a Justo Gilberto. Eso sí, lo traspasó a Las Palmas y eso acabó con la paciencia de los socios, que en una asamblea de compromisarios le plantearon un voto de censura que contó con la firma de cuatro expresidentes: Juan de la Rosa, Antonio Perera, Domingo Pisaca y José Badía. La iniciativa no tenía carácter vinculante, pero Pepe López decidió irse.

Lo habían ido a buscar a su casa cinco años antes, cuando nadie quería hacerse cargo de aquel club. Diez años y cinco presidentes más tarde lo volvieron a llamar para que regresara a la presidencia y casi nada había cambiado: el Tenerife seguía en Segunda División, lleno de deudas y obligado a vender a sus mejores jugadores.