Un equipo sin canarios

Luis Padilla nos recuerda este miércoles, el primer día en el que el CD Tenerife disputó un partido oficial sin contar con ningún jugador canario en sus filas

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Agustín; Aguilera, Antonio Mata, César Gómez, Olivares; Chano, Redondo, Ezequiel Castillo, Conte; Pinilla y Latorre. Ellos fueron los elegidos por Jorge Valdano para conformar el equipo inicial que se midió al Logroñés en la tercera jornada del curso 93-94. Un muy buen 'once'... pero también un 'once' histórico: por primera vez, el Tenerife presentaba una alineación titular sin canarios. Tres argentinos, un peruano y siete peninsulares defendieron ese 19 de septiembre de 1993 la camiseta blanquiazul. “Estamos dispuestos a batir todos los récords y a hacer historia para lo bueno… y para lo no tan bueno”, dijo entonces, más en tono de broma que de lamento, el técnico blanquiazul.

La efeméride pasó desapercibida. No era el momento de hablar de cantera en un club que en media docena de años había pasado de las catacumbas de la Segunda División B a la gloria europea. Y menos aún cuando el choque llegaba justo cuatro días después del estreno en la Copa de la UEFA ante el Auxerre. Además, el partido ante los riojanos se saldó con una cómoda victoria (2-0). Si de algo se habló tras el encuentro no fue de la ausencia de canarios en el once, sino de las prestaciones de Percy Olivares, el lateral zurdo que debutó esa tarde con el Tenerife y que desatascó el partido con una imponente cabalgada junto a la grada de San Sebastián culminada con un centro impecable a la cabeza de Pinilla. 

El delantero aprovechó el caramelo que le regaló Olivares y marcó el 1-0. Dos minutos después, Latorre agradeció un regalo de Redondo y cerró el trámite. Eran tiempos en los que, compitiendo en la élite del fútbol español, el Tenerife imponía el prestigio de su camiseta ante al menos una decena de equipos de la Primera División. Partidos cómodos, de resolución sencilla, ante adversarios inferiores. Y todo ello, pese a competir en la máxima categoría; eso sí, con poco más de media entrada en el Heliodoro, que el aficionado entonces sólo se movilizaba ante las grandes citas... y no siempre. Cuatro días antes, el estreno europeo ante el Auxerre apenas convocó a 14.000 espectadores. 

Eso sí, antes de la media hora, aprovechando la lesión de Conte, el técnico le dio canariedad al equipo con la incorporación de Pier. Pero para entonces ya no había vuelta atrás en la 'descanarización'. Era un camino sin retorno y el problema no estaba en el banquillo o en el nombre del entrenador. Al acabar el curso se fueron Valdano y Cappa. Pero también abandonaron la entidad Manolo López (pese a finalizar la campaña como titular indiscutible) y Pier. Y el Tenerife afrontó la temporada 94-95 con sólo dos canarios en la plantilla: Toni y Toño. Vicente Cantatore no utilizó al primero en todo el ejercicio. Y al capitán lo humilló en repetidas ocasiones, relegándole a la grada durante un año.  

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Once del CD Tenerife, sin canarios

Y no le permitió debutar (ni en Copa del Rey) hasta el último partido, un intrascendente choque en Santiago de Compostela. Ese día Toño jugó 21 minutos. Los últimos del curso. Los únicos que disputó un canario durante toda esa temporada. Eso sí, al menos el equipo estaba en Primera División. Tres lustros después, curso 11-12, jugaría algunos partidos sin canarios... en Segunda División B.