Una ciudad en entredicho

Cuando un ciudadano se salía del tiesto, la ciudad entera podía recibir el castigo. El "entredicho" era una parte fundamental del derecho canónico...

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- Pues que a toda la ciudad nos la han puesto en "entredicho".

-¿Qué quiere decir eso?

-Que el señor Chantre del Obispado de Canarias ha sentenciado a toda la Villa y a sus habitantes a no recibir comunión, ni escuchar misa, ni a recibir sacramento alguno, por culpa de Gerónimo Valdés.

-¿El regidor?

-¡El mismo!

-¿Pero qué ha hecho ese hombre ahora?

-Bueno, ya sabes que se rumorea que anduvo abusando de la hija del antiguo rey de Adeje, Diego de Adeje,

-Sí, algo he oído. Y también dicen que anduvo con una mora por ese sur de la isla.

-También, también se cuenta. Pero ni una ni otra cosa es la razón.

-¿Y cuál es la razón?

-Se ha negado a casarse con la viuda de Guillén Castellano, Margarita Perdomo, a pesar de la promesa que le había hecho. Así que los tribunales eclesiásticos lo han condenado. Está obligado a casarse.

-¡Qué me dices!

-Lo que oyes. Y hasta que no acepte, está preso, en su casa de la Villa. Y pagamos todos el precio de su provocación. ¡Nos quedamos sin recibir los sacramentos! Se dirán las misas, pero a puerta cerrada.

-Pero a ver...¡esto hará crecer las herejías, y el pueblo se hará menos devoto! ¿El Chantre no sabe del peligro que hay para nuestras almas? ¡Que viene la cuaresma!

- Lo sabe perfectamente. El Cabildo ha acordado que, para que el pueblo no padezca y se levante el "entredicho" contra nuestra ciudad, y así podamos recibir los sacramentos, y oír misa, se traslade lejos de aquí a Valdés.

-¿A dónde proponen llevárselo?

-A las casas que Francisco Jiménez tiene aquí detrás de las montañas, en su valle.

-El Valle de Jiménez.

-Exactamente. Mañana mismo deberá marchar hacia allí, y no salir hasta que el Señor Chantre le levante el castigo....