Victoria en pleno pleito insular

Luis Padilla nos recuerda este martes, el día en el que el CD Tenerife venció a la UD Las Palmas, en el Heliodoro, en pleno conflicto entre islas

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Un derbi siempre es un derbi. Pero un Tenerife-Las Palmas es especial. Y entre sus características diferenciadoras está su delimitación geográfica. Los seguidores de Madrid y Atleti se mezclan por toda la ciudad. Y lo mismo ocurre con los de Betis y Sevilla. No hay una frontera que los separe. No puede decirse que del Manzanares (o del Guadalquivir) hacia aquí son de un equipo y del río hacia allá, de otro. Y los de Barça y Madrid conviven por toda España y por todo el mundo. Incluso en las ciudades enemigas hay importantes colonias del equipo rival. En Canarias, por su insularidad, las fronteras están bien delimitadas. Y hasta se da una visión similar desde ambas orillas: del muelle hacia dentro están los míos y los de la isla que se ve en el horizonte son el adversario. Y punto. Excepciones hay, sobre todo entre los estudiantes, pero son insignificantes.

Además, la rivalidad no es sólo deportiva. Es vital. El pleito insular podrá rechazarse o fomentarse, pero existe. Negar la evidencia no niega la realidad. Se expresa de forma más clara durante los partidos de fútbol o en los carnavales, pero dura todo el año y desde hace muchos años. En 1988, el pleito insular envenenó la convivencia durante meses y meses a cuenta de la creación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (Ulpgc). En mayo, la polémica sacó a cientos de miles de personas a la calle en las dos capitales canarias. En un caso, “por la creación de la Ulpgc; en otro, “en defensa de la Universidad de La Laguna”. Y en diciembre, Fernando Fernández, presidente del Gobierno de Canarias, fue sustituido por Lorenzo Olate tras perder una moción de confianza. Ambos eran del mismo partido político (el Centro Democrático y Social), pero de diferente isla.

En plena polémica, el 18 de septiembre de 1988, Tenerife y Las Palmas jugaron un derbi en el Heliodoro después de tres años sin verse. Ganar siempre era importante, pero ese año aún más. Y tras casi tres décadas sin ganar un derbi liguero en su isla, los blanquiazules se impusieron por 3-1 el día en el que inauguraban la nueva grada de Tribuna. Y lo hicieron con televisión en directo para toda Canarias, lo que amplificó su éxito. Belza; Toño, Quique Medina, Herrero, Lema, Luis Delgado; David (Pedro Martín, 80’), Guina (Noriega, 73’), Mínguez; Víctor y Perico Medina fueron los héroes que alineó ese domingo Benito Joanet. Y Víctor Celso (6’), Perico Medina (39’) y David Amaral (70’), de penalti, los autores de los goles locales. En el último minuto, Belza le detuvo un penalti a Contreras, pero Onofre aprovechó el rechace para maquillar el resultado final.

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Formación del CD Tenerife ante Las Palmas

La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria salió adelante meses después, con Olarte en la presidencia, al aprobarse en abril de 1989 la Ley de Reorganización Universitaria de Canarias. Aquel domingo de septiembre, en el derbi canario, también se dio el primer paso para 'reorganizar' el fútbol canario. Y durante más de una década, tras su ascenso a Primera División al término de ese curso 88-89, el Tenerife tuvo la indiscutible supremacía regional.