Bolivia avanza en el teletrabajo mientras sigue en cuarentena por el coronavirus

La normativa para esta nueva modalidad de trabajo en el país busca garantizar que la opción de trabajar desde casa sea voluntaria del empleado y consensuada con el empleador.

AtlanticoHoy / EFE

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Bolivia ha decidido avanzar en el teletrabajo con una regulación de esta modalidad que asegura que es de las primeras de la región, mientras el país aún sigue en cuarentena por el coronavirus con muchos trabajadores en sus casas.

El ministro interino de Trabajo de Bolivia, Óscar Mercado, explicó ante los medios en La Paz una serie de normas aprobadas para que el teletrabajo sea una realidad en el país, tanto en el sector público, como en el privado, a partir de ahora y con vistas a cuando acabe la cuarentena. 

El estado de emergencia sanitaria declarado en Bolivia ante el COVID-19 a finales de marzo se extiende hasta el 31 de mayo, aunque durante esta jornada se espera conocer si en algunas regiones y ciudades se mantienen o flexibilizan restricciones como las que limitan el salir a la calle y el transporte. 

La normativa para esta nueva modalidad de trabajo en el país busca garantizar que la opción de trabajar desde casa sea voluntaria del empleado y consensuada con el empleador, sin merma de derechos, pero tampoco de obligaciones, ni con menores salarios por el mismo servicio, apuntó la autoridad. 

El Ministerio desarrolló una plataforma tecnológica para los funcionarios estatales y dialogó con organizaciones del sector privado para elaborar la normativa, consciente de que esta modalidad es más viable en ámbitos como el administrativo que en el industrial, señaló. 

Además de que la aplicación será gradual, con ajustes si fueran necesarios en función de los primeros resultados, pero con la esperanza de ventajas como el ahorro en desplazamientos al puesto de trabajo y para colectivos como madres que tienen que cuidar de sus hijos y podrán trabajar desde casa, comentó Mercado. 

Bolivia tiene una fuerza laboral de unos seis millones de personas entre sus cerca de once millones de habitantes, con una tasa de ocupación cercana al 70 por ciento y un desempleo que, a finales del año pasado, era de alrededor del 4,5 por ciento, en un país donde mucha gente depende de la economía informal.

El Gobierno interino anunció el pasado viernes un plan con el que espera generar unos 600.000 empleos en especial en sectores como el sanitario y en zonas rurales, consciente de la afección a la economía tras más de cincuenta días de actividad laboral notablemente mermada por la cuarentena.