¡El Éxito del Fracaso!

Desde hace ya un tiempo, da la impresión de que si no fracasas en un proyecto empresarial no has aprendido lo suficiente

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Desde hace ya un tiempo, da la impresión de que si no fracasas en un proyecto empresarial no has aprendido lo suficiente. Se está idealizando el fracaso como la única herramienta válida que nos permite aprender y avanzar.

La realidad, y teniendo en cuenta que el aprendizaje es más eficaz cuando existe una motivación positiva, evidencia que los mejores aprendizajes se consiguen con los éxitos que vamos logrando. El hacer realidad nuestros sueños, el conseguir que nuestra idea vaya avanzando, a base de pequeños logros, es lo que hace que, en muchos casos, prosigamos con esas ganas, fuerza e ilusión.

Ahora bien, la probabilidad de equivocarse, de fracasar, de no tomar la decisión correcta, está presente en todos los aspectos de nuestras vidas, y más, en el lanzamiento y mantenimiento de cualquier proyecto. Esta probabilidad es muy alta sobre todo en los momentos iniciales de cualquier aventura que emprendamos.

Llegados a este punto, tenemos dos premisas de partida. Por una parte, se aprende más de los éxitos; por otra, la posibilidad de fracasar está presente siempre en cualquier proyecto

Llegados a este punto, tenemos dos premisas de partida. Por una parte, se aprende más de los éxitos; por otra, la posibilidad de fracasar está presente siempre en cualquier proyecto, tanto personal como profesional. ¿Qué hacer entonces? Pues, sin dudarlo, aprovechar las experiencias que nos aportan los fracasos ya que, si bien, no son tan motivadoras, no debemos albergar duda alguna de que nos ayudarán a mejorar.

“Falla poco, rápido y barato”, esta es la primera lección que tenemos que interiorizar. Si tenemos claro que la probabilidad de fracasar está presente y es una probabilidad alta, hagámoslo de forma que nos resulte lo más barato posible. No nos empecinemos en continuar a toda costa con algo que no tiene futuro; no nos instauremos en esa zona de confort en la que no tomamos decisiones por la propia inercia del proyecto.

Si ya tenemos claro que hemos o estamos cometiendo un error, tomemos la decisión que nos haga salir de ese error y aprendamos una valiosa lección del camino andado. Ésta es, probablemente, la parte más difícil, convertir ese fracaso en un aprendizaje para el futuro. ¿Cómo podemos hacer esto? Aplicando alguna de estas claves:

Higiene Mental. A nadie le gusta equivocarse y, frente a esto, podemos adoptar dos actitudes. Por un lado, podemos pensar que no servimos, que esto no es lo nuestro y recordar que “ya me lo advirtieron”, lo que no nos hará avanzar y aprender (postura de víctima). Por otra parte, podemos pensar que equivocarse está dentro de lo previsible, que es lo que les ha pasado a muchos otros antes que a nosotros y que, no sólo podemos, sino que debemos seguir adelante. En este caso, se impone el saber gestionar el miedo con la resiliencia por bandera (postura de luchador).

Escuchar. Rodearnos de personas con experiencia en el desarrollo de proyectos, con una mentalidad positiva y que les guste hablar claro. Tenemos que tener cerca a personas con este perfil, o lo más parecido posible, a los que podamos exponer nuestra experiencia (mala) y escuchar su opinión. Es imprescindible que analicemos lo que ha pasado para sacar conclusiones enriquecedoras. 

Flexibilizar. Flexibilizar nuestros planteamientos, cambiar la visión del proyecto, o de una parte del proyecto, abrirnos a nuevos horizontes. Está claro que, si hemos cometido un error, tendremos que realizar cambios. Recuerda, “Falla poco, rápido y barato”, y para esto, tendremos que estar dispuesto a cambiar puntos de vista, criterios, opciones… Salir de esa zona de confort y pasar a otra zona que no nos resultará tan cómoda, pero que es aquella en la que ocurrirán las grandes gestas una vez hayamos implementado los cambios necesarios. 

Por último, actuar. Pasar de la posición de víctima a la de luchador. Utiliza toda esa información que has podido obtener de esa experiencia fallida para mejorar, como persona y como profesional/emprendedor. Toma decisiones, no culpes a otros, recuerda que te gusta lo que estás haciendo, y que te gustaría verlo crecer y desarrollarse.

Manejar de forma positiva y resiliente las experiencias de fracaso aumentará nuestras probabilidades de sentirnos más satisfechos con nuestras acciones y, por ende, de ser más felices

En conclusión, manejar de forma positiva y resiliente las experiencias de fracaso aumentará nuestras probabilidades de sentirnos más satisfechos con nuestras acciones y, por ende, de ser más felices. Pensar que somos infalibles, no permitiéndonos margen al error, limitará no sólo la toma de decisiones, sino el crecimiento de nuestro proyecto. El miedo es el peor compañero de viaje de un emprendedor. 

No lo olvides, conseguir el Éxito de un Fracaso sólo está en nosotros, no desaprovechemos las oportunidades que nos brinda cada experiencia que vivamos en nuestro camino emprendedor, porque las consecuencias que se deriven de las mismas no dependerán de dichas experiencias, sino de cómo las interioricemos.