Casi mil litros de agua cayendo en el escenario y solo tres actores son suficientes para traer la guerra al escenario del Espacio La Granja. La compañía teatral Unahoramenos, cuya seña de identidad es trabajar las obras desde el lugar del drama, trae este fin de semana en Santa Cruz de Tenerife Protocolo del quebranto, un drama humano que primero se sufre y luego te hace reflexionar.
Así lo explica el director de la obra Mario Vega, quien unas horas antes de la primera representación al público en general en Tenerife, avisa de que “lo que propone la obra es lo suficientemente duro como para tener que procesarlo y madurarlo”. De hecho fue un amigo el que le dijo que no comenzó a disfrutar la obra hasta el día siguiente, un ejemplo que Vega pone para reflejar que la obra deja paso a la introspección.
Teatro contra la deshumanización
No es para menos. La temática se mete de lleno en el sufrimiento que deja a su paso la guerra, que se podría decir que es más actual ahora que nunca con conflictos como el de Palestina e Israel, Rusia y Ucrania o Armenia y Azerbaiyán, pero Vega recuerda que hay hasta 52 conflictos armados activos en el día de hoy, que “ignoramos hasta que nos afecta, porque nos sube la gasolina o porque salen en las noticias”.
Pero detrás de esos conflictos hay personas. Por eso Vega se vuelve reivindicativo cuando pide que “el ser humano tiene que posicionarse” al respecto de esos conflictos que están, pero que en cierta forma no están. Y para traerlo al teatro el director tuvo que estar in situ donde está la guerra y entrevistarse con quienes la habían sufrido de primera mano.
Una documentación única
En marzo viajó con los periodistas Nicolás Castellano y Anna Surinyach a Ucrania para entrevistarse con víctimas de la guerra. Durante 12 días estuvieron entrevistando hasta 19 personas en Kiev y en Bucha, esta ciudad ha sido conocida durante el conflicto por haber sido el escenario de una dura matanza por parte del ejército ruso.
Una forma de documentación que también usaron para la obra Moria, para la que fueron hasta el campo de refugiados en Lesbos a escuchar de primera mano el drama humanitario de los refugiados. Por eso valora el director que esta forma de trabajo, inusual en el teatro, se está convirtiendo en la seña de identidad de la compañía.
Mesas con expertos
Pero el proceso de creación no solo se quedó ahí. Cuando llegaron crearon tres mesas de trabajo con periodistas, donde participaron figuras como Rosa María Calaf, ONGs como Médicos sin Fronteras y con juristas como Baltasar Garzón o la fiscal Dolores Delgado. Tras las mesas también acudían a los ensayos y participaban directamente en el proceso de creación con los actores. Un trabajo que les permitía “construir un discurso y personajes muy reales”.
Al enorme trabajo de documentación se añade un montaje muy cuidado donde el agua, en forma de lluvia constante, añade más dramatismo, haciendo más pesada las experiencias de los tres actores Marta Viera, Mingo Ruano y Luifer Rodríguez.
La obra estará este fin de semana en el Espacio La Granja de Santa Cruz y será uno de las pocas ocasiones que se pueda ver en Canarias antes de que comience la gira nacional y de Latinoamérica que hará la compañía el próximo año.