A lo largo de la historia, muchas potencias han intentado expandir su dominio por distintos territorios, pero pocas veces una derrota ha sido tan significativa como la que ocurrió en Canarias a finales del siglo XVIII. Un enfrentamiento que puso a prueba la valentía de sus habitantes y que terminó con una de las figuras militares más destacadas del momento huyendo y perdiendo un brazo en el intento.
Todo comenzó en el contexto de la guerra entre España y Reino Unido, cuando las tropas británicas, lideradas por un célebre almirante, pusieron su mirada en el archipiélago. Confiaban en que sería un asalto rápido y exitoso, pero no contaban con la feroz resistencia de los canarios.
La batalla de Santa Cruz de Tenerife
En julio de 1797, tras el bloqueo fallido de Cádiz, la Royal Navy buscó una nueva estrategia para debilitar a la flota española. Así, el vicealmirante Horatio Nelson recibió órdenes de atacar Tenerife, con la esperanza de tomar el control de la isla y saquear sus riquezas. Con una flota de más de 4.000 hombres y 400 cañones, partió confiado en una victoria inminente.
Sin embargo, la defensa de Santa Cruz estaba en manos del teniente general Antonio Gutiérrez de Otero y Santayana, un experimentado militar que ya había repelido ataques británicos en el pasado. Con apenas 1.700 hombres, pero con el respaldo de la geografía y la artillería costera, preparó la ciudad para la ofensiva.
El fracaso de Nelson
El 20 de julio, Nelson envió un ultimátum exigiendo la rendición de la ciudad, que fue rechazado de inmediato. En la noche del 22 de julio, los británicos intentaron un primer desembarco en la playa de Valleseco, pero fueron sorprendidos por fuertes corrientes y fuego español. Muchos soldados murieron antes de pisar tierra y los que lo lograron fueron abatidos o capturados. Nelson ordenó la retirada.
Decidido a no aceptar la derrota, en la noche del 24 de julio, encabezó personalmente un nuevo asalto al puerto. Pero, una vez más, las tropas canarias estaban preparadas. Esa noche, el fuego de los cañones y los mosquetes convirtió la costa en un infierno para los atacantes. En medio del combate, Nelson fue alcanzado por un disparo de cañón en el brazo derecho.
La herida que lo marcó para siempre
Gravemente herido, Nelson fue evacuado a su barco, el HMS Theseus, donde el cirujano le amputó el brazo. El resto de la batalla transcurrió con los británicos intentando mantenerse con vida mientras las fuerzas españolas cerraban el cerco. Al darse cuenta de que no había escapatoria, el comandante británico John Troubridge pidió una tregua.
Gutiérrez permitió que los británicos se retiraran con honor bajo la condición de que nunca volvieran a atacar Tenerife. A modo de intercambio, Nelson envió cerveza y queso inglés como muestra de respeto y Gutiérrez respondió con vino y queso canario.
Historia de Canarias
La batalla dejó un saldo claro: España perdió solo 30 hombres, mientras que el Reino Unido sufrió más de 250 bajas. La victoria consolidó la resistencia canaria y puso fin a las aspiraciones británicas en el archipiélago.
Cada 25 de julio, Santa Cruz de Tenerife conmemora la batalla con la Recreación de la Gesta, donde se revive la histórica defensa de la isla. Además, en la Plaza de España se exhibe el cañón “El Tigre”, que según la tradición, fue el que dejó a Nelson sin un brazo y lo obligó a retirarse derrotado.
