Juan Francisco Navarro y la protección del patrimonio cultural de las cuevas

Retirado ya de la docencia, pero todavía bregando en la tarea investigadora, el arqueólogo Juan Francisco Navarro Mederos ha sido uno de los primeros expertos honrados con el distintivo de protector del patrimonio cultural

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Juan Francisco Navarro Mederos. / CEDIDA
Juan Francisco Navarro Mederos. / CEDIDA

Retirado ya de la docencia, pero todavía bregando en la tarea investigadora, el arqueólogo e investigador de la Universidad de La Laguna Juan Francisco Navarro Mederos ha sido uno de los primeros expertos honrados con el distintivo de protector del patrimonio cultural de Canarias. De una cueva ha sabido poner luz en una historia, la del archipiélago, llena de sombras y sus inicios en La Gomera han abierto el camino a la investigación de los arqueólogos contemporáneos. 

Su nombre también figura entre los candidatos al Premio Canarias 2024 en la propuesta del Cabildo de Tenerife, lo que pone en relieve el valor institucional que le quieren dar al investigador quien lleva cuatro décadas analizando yacimientos en las Islas. “Para mí ha sido una sensación muy grata y un honor”, explica a través del teléfono. 

Una labor artesana

Su labor comenzó en la década de los 70, cuando la arqueología era más una cosa más artesanal, según recuerda. “Aquello que hacíamos nosotros tiene cierto toque romántico, porque nunca sabías qué te ibas a encontrar a la vuelta de la esquina o a la vuelta del risco”, comenta. Ahora la labor se ha vuelto más técnica, lo que sin embargo permite sacar más información de cada pincelada.  “Hoy con muy poco que cabemos, con muy poco que analicemos, la cantidad de información que se obtiene es muchísimo mayor”, destaca. 

Entre el paso del tiempo de unas técnicas a otras ha realizado investigaciones en casi todas las islas. Con especial cariño señala los estudios sobre grabados rupestres y sus análisis sobre la evolución de la cultura en La Palma, lo que considera como “uno de los mayores logros” que obtuvo junto con su compañero Ernesto Martín, es decir, el documentar cómo evolucionó la cultura de la isla desde sus primeros pobladores hasta la conquista. 

Sus investigaciones

En Tenerife también ha estudiado grabados rupestres, en Gran Canaria ha participado en excavaciones de casas y cuevas artificiales, y en Lanzarote ha trabajado con compañeros en un asentamiento que ya estuvo poblado por antiguos lanzaroteños, los amigos, hasta los siglos XVII y XVIII. Pero es en la isla de La Gomera donde está parte del grueso de sus investigaciones, y también parte de su corazón. 

Navarro Mederos no pensaba centrar sus investigaciones en la isla colombina, pero vio en ella gran potencial. Fue gracias al arqueólogo Luis Diego Cuscoy quien le comentó que donde más le había costado trabajar fue en La Gomera, por sus riscos tan vertiginosos y sus profundos barrancos, es decir, por su inaccesibilidad, justo la característica que permitió que los yacimientos estuvieran casi intactos. “Eso me hizo a mi decir yo quiero trabajar en La Gomera”, explica. Por lo que su primer trabajo  fue hacer la carta arqueológica de la Isla, después vinieron las excavaciones y prospecciones. 

Juan Francisco Navarro Mederos en la Cueva del Tendal
Juan Francisco Navarro Mederos en la Cueva del Tendal. / CEDIDA

Dónde está la historia

Es en La Gomera donde tuvo lugar una de esas investigaciones que comienzan con una premisa básica y termina con un gran descubrimiento. Fue en las cuevas de Herrera González, en El Lomito del Medio, donde comenzaron a investigar un yacimiento que “luego resultó ser mucho más interesante porque allí encontramos las pruebas de los primeros contactos entre los gomeros y los europeos”, explica. 

De las excavaciones en estas cuevas, situadas cerca de un pronunciado risco, fueron descubriendo a través de los objetos que se encontraban cómo los pobladores durante la conquista fueron incorporando poco a poco objetos foráneos a su ajuar.

La situación canaria

A la pregunta sobre el estado de la investigación en las islas destaca que hay algunas en las que se investiga con mayor intensidad como Gran Canaria, La Gomera o Lanzarote, pero rechaza el caso interés que hay en la materia en otras islas. “A mi me sorprende que Tenerife que es la mayor la isla de tamaño, el número de proyectos arqueológicos en marcha son pocos en relación con otras islas, y Tenerife es una isla donde todavía hay mucho por hacer”, valora. 

Es una situación que también traslada a Fuerteventura. “Hay islas donde la administración insular promueve la investigación arqueológica y otras donde no. También está la iniciativa de los investigadores, pero estos tienden a trabajar allí donde se facilita más su labor”, explica al respecto de que si este escaso interés es una cuestión de la administración o de los investigadores.