El Ayuntamiento de Madrid va a suspender durante un año las obras y actividades que puedan acometerse en la fachada y el local comercial del número 9 de la calle Santa Cruz de Marcenado, en el distrito Centro, donde se conserva un mural cerámico de César Manrique datado en los años 50.

La suspensión, que se aprobará este miércoles en la Junta de Gobierno, permitirá desarrollar un expediente de protección que establezca el régimen más adecuado para preservar y difundir esta obra, realizada en 1954 por encargo de una empresa y única en Madrid a pie de calle.

Suspensión limitada y prorrogable

El mural ocupa parte de la fachada, pero también se extiende al interior del local, aunque esta parte no es visible desde la vía pública. La suspensión no afectará a las intervenciones en otras zonas del inmueble, siempre que no alteren el mural.

La medida tendrá una vigencia inicial de un año, prorrogable por otro más si durante ese tiempo no se ha completado el período de información pública del planeamiento para su protección.

Iniciativa impulsada desde Urbanismo

La decisión se basa en un análisis técnico realizado por la Dirección General de Planeamiento, tras el estudio de documentos históricos y del valor artístico de la obra. El expediente parte de una solicitud formulada en 2022 por la pintora Patricia Esquivias, que propuso su inclusión en el catálogo de elementos protegidos.

La artista encargó un informe a Violeta Izquierdo, profesora de la Universidad Complutense y experta en la obra de Manrique, quien ha reivindicado la necesidad de conservar este mural como parte del legado del artista lanzaroteño.

Alternativas en estudio para garantizar su conservación

Actualmente, el número 9 de Santa Cruz de Marcenado no figura en el catálogo de edificios protegidos, por lo que su valor reside exclusivamente en el mural cerámico. El Ayuntamiento estudia su eventual inclusión en el catálogo de establecimientos comerciales, o incluso su traslado, si se considera la mejor opción para garantizar su conservación y difusión.

También se analiza si podría incluirse en el catálogo de monumentos públicos y elementos singulares, donde ya figura desde 2003 el mural cerámico de Joan Miró en el Palacio de Congresos. Este precedente podría abrir la puerta a una protección similar para la obra de Manrique.

Otra opción, descartada por el momento, era catalogar el edificio con protección parcial por la existencia del mural. No obstante, el Ayuntamiento considera que no sería una medida adecuada ni proporcional, al no existir precedentes similares en la ciudad.