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Cultura

Niño de Elche: "Puedo aceptar a Quevedo como un futuro miembro del folclore popular canario"

El cantante, que ofrecerá dos conciertos en el Archipiélago este mes de diciembre, ofrece una entrevista a Atlántico Hoy en la que habla sobre música, política y las paradojas de la vida

7 minutos

El cantante Niño de Elche / CEDIDA

Francisco Contreras (Elche, 1985) vive la música de una manera especial. El popular cantante conocido como Niño de Elche ha sacado a la luz varios discos porque los álbumes le permiten contar historias a su manera, mediante la mezcla de géneros y huyendo de lo convencional. El flamenco lo ha acompañado siempre, pero nunca se ha olvidado de innovar para hacer un producto único. Con esa filosofía estará los próximos 15 y 16 de diciembre en los teatros Leal y Víctor Jara para interpretar su último trabajo. 

Su público en el Archipiélago podrá disfrutar del disco Flamenco. Mausoleo de Celebración, Amor y Muerte. "Es un flamenco poco escuchado, de otras épocas, que he utilizado como trampolín para generar otra cosa", afirma. Ha sido acusado en muchas ocasiones de apropiación cultural, aunque considera que es un debate sin "ningún tipo de sentido más allá de una barra de bar para divertirse". 

[Pregunta] ¿Qué se encontrará su público en los teatros Leal y Víctor Jara este mes de diciembre?

[Respuesta] El concierto tendrá un repertorio a partir del último disco Flamenco. Mausoleo de Celebración, Amor y Muerte.

A lo largo de su trayectoria ha hablado de la fusión de géneros. No sé si sería posible mezclar el flamenco y el folclore canario.

Yo no lo he intentado nunca, pero seguro que se puede. En el mundo del sonido todo es posible, no creo que sea muy complicado. El flamenco tiene mucho de folclore. 

El cantante Niño de Elche / EFE - J.L. CEREIJIDO

Si alguna vez lo intenta habría que andarse con cuidado para que no lo acusen de apropiación cultural. 

Estoy acostumbrado a esos debates. La apropiación cultural no puede existir. Son debates más que superfluos, vacuos y no tienen ningún tipo de sentido más allá de una barra de bar para divertirse. Pero ortodoxamente en serio solo son para cuatro personas que no saben de qué hablan. 

¿Por qué?

Porque no tiene sentido hablar de una cultura propia. 

Su último álbum tiene una complejidad especial. ¿Cuáles son los cimientos del disco?

Mi interés estaba en hablar sobre la muerte como dice su título a partir de la poesía clásica o popular. Pero hacerlo desde la celebración. Lo mismo con el desamor. Ese era mi interés en este disco. Mis primeros pasos en relación al álbum empezaron a partir de un mausoleo de Antonio Mairena, un cantaor mítico que me gustaba mucho desde el punto de vista escénico. Es un flamenco poco escuchado, de otras épocas, que he utilizado como trampolín para generar otra cosa. 

Varias canciones tienen letras cortas, pero están interpretadas con mucha pasión. Son casi como poemas cantados. 

La poesía que se utiliza en el flamenco tiene esa profundidad y densidad. En dos o tres versos tiene unos contenidos filosóficos trascendentales y muy elementales. También pone en circulación ciertos temas que el flamenco ha ido cantando. La poesía que se hace en el flamenco está muy trabajada como sucede en el folclore. 

El cantante Niño de Elche / EFE

Ahora que lo pienso, a lo mejor puede aprovechar su estancia en Canarias para negociar una colaboración con Quevedo. 

[Ríe] ¿Pero no estábamos hablando de folclore?

¿No tiene Quevedo algo de folclore?

Quevedo ahora mismo no es considerado folclore, aunque lo será. Él hace sobre todo música popular. El folclore tiene que ver más con otras cuestiones antropológicas y sociológicas. Pero probablemente lo será, terminará siendo folclore y eso demostrará que la cultura canaria no tiene que ver tanto con el folclore y las marcas identitarias que se intentan hacer. Pero si Quevedo acaba siendo folclore tendrá relación con la música latina o el reguetón, por eso no creo en la apropiación cultural. Por lo tanto, sí puedo aceptar a Quevedo como un futuro miembro del folclore popular canario. 

¿Le gustaría ganar un Grammy Latino o un premio del mismo calibre?

Mi trabajo no está muy enfocado a este tipo de premios, no existe el anhelo porque es como desear que me dieran un premio de música contemporánea en Alemania. Sí me gustaría, pero siendo realista no está dentro de las líneas que yo trabajo. Todos los reconocimientos son buenos, pero no entra en mi visión. Si no haría pop o flamenco clásico. 

¿El flamenco tradicional que defienden aquellos que han querido ser tu azote durante tanto tiempo es para ricos o es para pobres?

Es para pobres de espíritu. 

Una frase muy tajante. 

Sí, así lo creo yo. 

El cantante Niño de Elche / CEDIDA

¿Y eso?

Porque considero que se defienden unos postulados del flamenco moderno, de los años 50, 60 y 70. Desde el momento en el que tú te basas, como hago yo, en un flamenco más radical y antiguo, deformado, indeciso, ellos lo desconocen y entran en envite. Son pobres de espíritu porque se trata de personas que no piensan. 

Su paisana Blanca Paloma llevó una propuesta innovadora de flamenco a Eurovisión, pero parece que no terminó de convencer fuera de nuestras fronteras. 

Blanca Paloma, que es buena paisana y conocida mía, llevó una propuesta de un mundo que a mí me interesa mucho por ser aflamencado con música que también recuerda a la copla o a la rumba. No podemos encuadrarlo solamente en flamenco por el hecho de llevar un ritmo a tres. También lo llevan las sevillanas u otros tipos de músicas folclóricas. 

No es relevante que ella haga o no flamenco, me parece que no es un tema de importancia. Lo que se vio en mayo no creo que sea un reflejo de lo que Europa pueda pensar sobre este género. Es un concurso con muchas condicionantes mediáticas, mercantiles y de tendencias. No creo que sea un buen termómetro para saber si se entienden o no propuestas como estas. 

Durante las últimas semanas se ha hecho muy viral una canción generada por la inteligencia artificial con la voz de Bad Bunny. Él no se lo ha tomado muy bien, no sé si a usted como cantante le preocupa este tipo de tecnologías. 

No, yo estoy bastante a favor de la inteligencia artificial. A menos que se desarrolle con sus máximas consecuencias. Estoy totalmente en contra de que los gobiernos intenten regularlo porque también soy creyente de que la IA tiene un punto muy acotado. Entonces, no me preocupa en exceso en el terreno de la música. En el mundo del tecnopop pueden estar más acojonados, pero si lo están es porque seguramente lo que hacen es posible que lo haga una máquina. Por lo tanto, tendrían que cuestionarse a ellos mismos y no tanto a la inteligencia artificial. 

A lo mejor una manera de huir de las convenciones es hacer una canción con ChatGPT. 

He intentado hacer algo con los textos de ChatGPT, pero tiene una parte muy delirante que no me interesa mucho. Ahora estaba haciendo mi programa de radio sobre el surrealismo y ChatGPT no llega a este delirio. Ojalá lo haga algún día, yo soy fan de que entre más herramientas se tengan mucho mejor. Porque el problema no está en la herramienta, sino en cómo la utiliza el ser humano.

El cantante Niño de Elche / EUROPAPRESS

En el último disco abre con el tema Plañideras y con Yeray Cortés cantas por no llorar. ¿Qué razones nos da el mundo hoy en día para llorar?

Las mismas que en todas las épocas. El desamor, las guerras, la muerte, la pena económica y social, las injusticias o las faltas de libertades en según qué territorios.

¿Escapar de lo tradicional es una huida hacia adelante en un mundo cada vez más superficial?

Yo intento escapar de las convenciones y de las tendencias como ejercicio de desplazamiento creativo, pero cuando las tengo que usar las utilizo. Lo más importante es lo que quiero contar, el discurso. Si tengo que hacer un trabajo más convencional lo hago, no tengo ningún tipo de prejuicio. No existe ese afán de huida porque sí. Yo bebo mucho de las vanguardias clásicas, que es un movimiento de los años 20. Escapo de las convenciones y las tradiciones impuestas. 

En un momento de crispación como el que estamos viviendo en España igual haría falta escuchar más Fuerza Nueva para darle un toque de ironía al panorama. 

[Ríe] De ironía y de seriedad a la vez. Fuerza Nueva planteaba las paradojas de las ideologías y de los procedimientos políticos y de las banderas. Estamos en un momento social y político donde las ideologías se han difuminado. Los posicionamientos políticos están muy cercanos los unos a los otros. Unos son más progresistas, otros más conservadores, algunos son más ortodoxos. Esas son las grandes diferencias, pero ya no hay más. 

Ideológicamente parece que hay muchísimas diferencias y que está todo polarizado. En otros lugares como ahora en Gaza o Ucrania sí hay polarizaciones, pero en lo que es la Unión Europea hablar de que esa crispación es real... Para nada es así. Solo hay que ver las sesiones en el parlamento tanto europeo como español y observaremos que las políticas están muy cercanas unas a otras. 

Entonces más que crispación lo que hay es ruido. 

Como siempre. La política partidista lo busca para despistar. A estos posicionamientos que yo te estoy compartiendo los llaman equidistantes, pero yo me baso en los datos, en lo que votan y en lo que dicen. Creo que basarse en las emociones en la política es bastante negativo.

El cantante Niño de Elche / EUROPAPRESS 

Lo que está caldeando la actualidad es la amnistía. 

Es un tema muy lejano y muy profundo de hablar. Es un asunto que pone en evidencia el poder que puede tener la partitocracia en España. 

Creo recordar que en su momento le quitaron la cuenta de Twitter. 

Lo intentaron y la acabé borrando yo porque estaba un poco harto ya de la red social. 

El grupo Fuerza Nueva / EUROPAPRESS

En Twitter –ahora X– se habla mucho de la cultura de la cancelación. ¿Tiene algún sentido?

Es un tema muy latente y que está muy a la orden del día. Por cualquier cosa te pueden cancelar muy rápidamente. Los políticos se basan mucho en Internet y en los datos de las críticas. Eso es un peligro. Todo eso ha generado un estado de alarma que muchas veces acaba en la censura y es bastante grave cuando llegamos a esa situación. 

¿Quién o qué es el responsable de que usted hoy en día se dedique a la música?

Hay mucha gente que ha ido empujándome. Mi padre cantaba, aunque no ha sido profesional nunca. Mi vecino Virgilio me ponía música clásica en su casa. Mi amigo Pascual también. No hay un momento clave en el que decidí dedicarme a la música. Va llegando y vas escuchando la vocación. Mi intento fue muy paulatino, son cosas que te vas encontrando. Es complicado el modus operandi de esto. 

Seguro que usted sirve de inspiración para mucha gente. ¿En qué deberían fijarse esas personas?

En el escepticismo, en la forma de que cada trabajo puede ser diferente. Las ganas de cambiar y de ser autocrítico. Que tengan esa pulsión emancipadora del arte.

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