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Imagen de la ciudad fundada por canarios en EEUU / PEXELS

Parece Canarias pero es Estados Unidos: la ciudad que fundaron los isleños cerca de Nueva York

Viajar hasta allí no solo es conocer una metrópoli cualquiera, sino también reencontrarse con una historia compartida que comenzó en un puerto isleño y cruzó océanos para echar raíces en tierras lejanas

En las últimas décadas Canarias ha pasado de ser uno de los principales focos de emigrantes a convertirse en una de las principales puertas de entrada de la migración africana a Europa. No está de más tirar de memoria histórica y recordar que los movimientos migratorios canarios hacia América comenzaron en el siglo XIV y fueron ganando intensidad hasta finales del siglo XX.

Los canarios partían principalmente a Cuba, Venezuela, Puerto Rico, Panamá, República Dominicana, Uruguay, México, Colombia, Argentina y sur de Estados Unidos, donde llegaron a fundar una ciudad.

En el sur de Estados Unidos, existe una urbe que sorprende por la huella indeleble de un pequeño grupo de familias isleñas que, hace casi tres siglos, cambiaron para siempre su historia. Sus descendientes gobernaron la ciudad durante más de un siglo y hoy la memoria de aquella travesía sigue viva en monumentos, tradiciones y hasta en producciones audiovisuales recientes.

Fundada por canarios

Se trata de San Antonio, en el estado de Texas, fundada oficialmente el 5 de mayo de 1718 por el gobernador español Martín de Alarcón y fray Francisco Céliz. Pero su carácter actual no se entendería sin el viaje que, en 1730, emprendieron diez familias procedentes de Canarias —en su mayoría de Lanzarote— rumbo a América. Partieron desde el puerto de Santa Cruz de Tenerife y, tras más de un año de trayecto, llegaron el 9 de marzo de 1731 al condado de Béxar, donde levantaron el primer asentamiento civil entre la misión del Álamo y el presidio de San Antonio.

Estos isleños formaron su propio gobierno municipal, llamado Cabildo, compuesto por nueve varones casados del grupo fundador. Durante los primeros 130 años, todos los alcaldes de la ciudad fueron descendientes de estos colonos, hasta que la llegada de pobladores anglosajones modificó el panorama político. En 2019, un conjunto escultórico en el palacio de justicia del condado rindió homenaje a esta herencia, incluyendo figuras de un migrante canario, un soldado español, un nativo americano y un fraile franciscano.

Una historia singular

La llegada de los canarios no fue casual. En 1719, el Marqués de San Miguel de Aguayo propuso al rey Felipe V trasladar 400 familias desde Canarias, Galicia y Tlaxcala para poblar Texas. Aunque la magnitud del proyecto se redujo drásticamente, las diez familias isleñas marcaron el inicio de una comunidad con identidad propia. La mayoría eran de Lanzarote, y su viaje incluyó escalas en La Habana y Veracruz antes de llegar a Texas.

La migración desde las islas no podía poner en riesgo su defensa frente a ataques piratas, razón por la que se seleccionaron solo algunos grupos. El alto coste del traslado provocó que el plan no tuviera continuidad, pero el legado cultural quedó intacto. Incluso la serie “Millstone”, estrenada en 2022, ha hecho referencia a estos fundadores canarios, llevándolos a la ficción televisiva.

Patrimonio y cultura

Hoy, San Antonio es una de las ciudades más pobladas de Estados Unidos, con más de 1,4 millones de habitantes. Sin embargo, conserva espacios que recuerdan su pasado histórico, como el Parque Histórico Nacional de las Misiones de San Antonio, donde se ubica la emblemática misión del Álamo.

Otros atractivos son las Natural Bridge Caverns, cuevas que se adentran más de 50 metros bajo tierra, y museos como el de Arte de San Antonio o el Museo de Ciencias. Además, recorrer barrios como el King William Historic District o el Monte Vista Historic District es sumergirse en un mosaico arquitectónico que combina influencias europeas, mexicanas y texanas.

Un puente con Canarias

Más allá de los documentos históricos, San Antonio es un ejemplo de cómo un pequeño grupo humano puede dejar una huella duradera. Los descendientes de aquellos canarios mantuvieron sus tradiciones y adaptaron sus costumbres a una nueva tierra, influyendo en la vida política, social y cultural de la ciudad durante generaciones.

En pleno siglo XXI, esta conexión transatlántica sigue siendo motivo de orgullo, tanto para los habitantes de San Antonio como para quienes, desde Canarias, redescubren una parte poco conocida de su historia. Viajar hasta allí no solo es conocer una metrópoli texana, sino también reencontrarse con una historia compartida que comenzó en un puerto isleño y cruzó océanos para echar raíces en tierras lejanas.