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Imagen de unos amigos riendo / UNSPLASH

He escuchado todos los refranes de Canarias y este es el más bonito (y no lo usan en España)

Una frase popular que enseña a aprovechar las oportunidades y a afrontar la vida con valentía

Cada tierra tiene su propia sabiduría popular, expresada en esas pequeñas joyas que son los refranes. Canarias, con su habla suave y su carácter hospitalario, también guarda en su tradición oral frases que encierran profundas enseñanzas de vida. Tras escuchar muchos de esos refranes canarios, hay uno que brilla especialmente por su belleza y su mensaje: un recordatorio sencillo pero poderoso sobre cómo vivir plenamente.

En un mundo donde a menudo dudamos o postergamos nuestras decisiones, esta frase canaria invita a actuar, a no dejar escapar las oportunidades y a asumir las consecuencias de nuestras acciones con dignidad.

"Piña asada, piña mamada"

El refrán que muchos consideran el más bonito de Canarias dice: "Piña asada, piña mamada", o en su variante "piñita asada, piñita mamada". Su significado es claro y directo: cuando la vida te brinda algo, aprovéchalo; no dejes pasar el tren ni pierdas el fruto de tu esfuerzo. También enseña que todo acto tiene consecuencias, y hay que afrontarlas tal como vienen.

En Canarias, la "piña" no se refiere a la fruta tropical que muchos imaginan, sino a la mazorca de maíz asada al calor de la brasa. "Mamada" indica, en este contexto, que es consumida, disfrutada. Así, el refrán transmite la idea de saborear lo que la vida ofrece en su momento justo, sin demoras ni excusas.

Aunque se escucha en todo el Archipiélago, los registros más antiguos sitúan su origen en Gran Canaria, desde donde se extendió al resto de las islas, formando parte ya inseparable del habla popular canaria.

Más sabiduría popular 

La riqueza de los refranes canarios no acaba ahí. Otro dicho muy extendido es "Por un garbanzo no se deja de hacer un puchero", una expresión que recuerda que una sola opinión contraria no debe frenar las decisiones del grupo. También enseña que si alguien no quiere participar en algo, los demás no tienen por qué privarse de hacerlo. Esta frase tiene una variante peninsular —"por un garbanzo no se descompone la olla"— pero en Canarias tiene una resonancia especial, vinculada a su espíritu comunitario y resiliente.

Los refranes canarios son más que frases: son lecciones de vida que transmiten el carácter abierto, sabio y vitalista de quienes habitan las islas.