Rubén Blades: "Hay que tener cuidado con reemplazar la imaginación por la tecnología"

El conocido como 'poeta de la salsa' cantará el próximo julio en el Cook Music Festival de Tenerife

AtlanticoHoy / EFE

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El cantante Rubén Blades durante una actuación. / PIXABAY
El cantante Rubén Blades durante una actuación. / PIXABAY

"¿Qué hubiese pasado si yo hubiese tenido acceso a todas esas herramientas?" es una de las muchas preguntas que desliza Rubén Blades cuando habla de los nuevos sonidos de la música latina que lideran Bad Bunny o Bizarrap, producidos en buena medida con "samplers" o por ordenador.

"Hasta los Beatles se hubiesen aprovechado de esas herramientas", afirma el poeta de la salsa en una entrevista con EFE con motivo de su próxima participación en el Cook Music Festival de Tenerife. De hecho, recuerda cómo él mismo, ya en los setenta, grabó una noche el sonido del viento saliendo de una rejilla del metro de Nueva York golpeando contra una escultura en la calle 46, y cómo lo introdujo en la apertura de "GDBD", un "cuento corto" sobre gente que despierta de la dictadura.

Sin embargo, percibe cierto peligro en que la tecnología acabe reemplazando a la imaginación. "Lo que sí creo es que con cada generación se va perdiendo la capacidad de la imaginación en la medida en que aumenta la capacidad de la tecnología", señala Blades, de 74 años, que llama a tener "cuidado" con este asunto.

22 julio cook music fest

De Blades a René, de René a Bad Bunny

Preguntado por si percibe a la nueva hornada de músicos latinos como algo más hedonista y carente en gran medida de temas que aborden cuestiones sociales o políticas, Blades se muestra cauteloso y apunta que cada generación debe ser libre a la hora de presentar su visión de lo que necesita "para divertirse e informar".

En cualquier caso, indica que se sigue haciendo buena música latina con contenido social, como la que realiza "un fuera de serie" como René Pérez, Residente, que en su opinión ha ejercido una gran influencia en Bad Bunny en temas como El apagón. "Si Bad Bunny no hubiese sido conocido por sus canciones hedonistas no hubiera podido concienciar a tanta gente que no está envuelta en política con canciones como El apagón", insiste Blades.

Aún así, opina que "no toda la música tiene que ser de escape" y asegura que sigue habiendo espacio "para el argumento político, solidario y social". "Cada generación al final es la que va a determinar qué es lo que quiere y cómo se quiere expresar. Y yo en eso no me meto", concluye.

Volver al barrio

En cuanto a su motivación para seguir tocando en directo tras más de dos tercios de su vida sobre el escenario, lo tiene claro: "Me divierto mucho. No estoy en Panamá a tiempo completo, pero cuando estoy con la banda siento que estoy allí, en el barrio, con mis amigos". Añade, además, que también supone una ayuda económica para él y la banda, y que es asimismo un reencuentro con el público, "que cada vez es diferente".

"Es un trabajo que me gusta y en el que creo. Si yo no creyera en las letras sería un suplicio tener que decir cosas que no siento y que no considero importantes. Cada audiencia nueva me hace reivindicar, a través de su reacción, que fue una buena decisión terminar siendo músico en vez de abogado", dice Blades, que es graduado en Derecho por la Universidad de Harvard.

Y un dardo político: "También es bueno, sabiendo lo corrupta que es la clase política, que haya panameños que trabajen y se ganen su sustento sin necesidad de robárselo al pueblo", defiende Blades.

En Panamá, tiempo para los jóvenes

Preguntado por su decisión de no concurrir a presidir su país en las elecciones de 2024, Blades asegura que ayudará en todo lo que pueda a que pueda a formar un bloque independiente "interesado en crear una alternativa a la corrupción y mediocridad que existe", al que ayudará con ideas y propuestas. Lo que más le atrae de un movimiento como "Vamos", añade, es que los líderes políticos como Juan Diego Vázquez y Gabriel Silva son jóvenes que pueden ser capaces de animar a romper la alta abstención para que la corrupción "no gane una y otra vez por el clientelismo".

Blades enlaza la situación de Panamá con la de América Latina, a la que ve "bien" porque las inestabilidades que experimenta por ejemplo Perú, o las dificultades de la izquierda chilena de Gabriel Boric durante el proceso constituyente o de Gustavo Petro en Colombia "forman parte de un proceso". "Lo que mí me preocuparía es que no estuviera ocurriendo nada", incide el cantante, que lamenta la deriva de Daniel Ortega en Nicaragua, "un tipo al que todos admiramos y que ahora anda quitando nacionalidades a gente que no está de acuerdo con él", o Nicolás Maduro en Venezuela.

En este sentido, percibe que, a nivel mediático, Boric o Petro reciben contra ellos "todo el arsenal que hay de crítica contra Ortega y contra Maduro", pese a que ellos "no sean producto del sistema ideológico del sistema corrupto partidista y clientelista" y que, sin embargo, agrega, son vistos "como enemigos" porque no forman parte de los entornos elitistas.

El encarecimiento de la música en vivo

Respecto a las maniobras, recientemente criticadas por el presidente Joe Biden, de monopolios como el de Ticketmaster-LiveNation en Estados Unidos, los precios dinámicos y el encarecimiento de las entradas de los conciertos, Blades se muestra tajante y considera "absurdo" que ese tipo de compañías se hagan con un alto porcentaje de las entradas para luego revenderlas en mercados secundarios de reventa.

"El artista yo creo que también es responsable y puede decir que no se vendan los boletos de esa forma, pero hay demasiado interés por la plata", lamenta Blades, que subraya que al final quien sufre "y es castigado por el propio artista" es el público. A su juicio, debería haber limitaciones y que no todo sea puro capitalismo de oferta y demanda, que no se debería aplicar en determinados campos como el arte, la cultura o la salud, concluye.

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