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Cultura

De vigilante de seguridad a escritor, Alexis Sosa publica su primera novela

Atlántico Hoy ha entrevistado a Alexis Sosa, un vigilante de seguridad que ha pasado de ser un empedernido lector a un escritor novel

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De vigilante de seguridad a escritor, Alexis Sosa publica su primera novela. CEDIDA

Alexis Sosa Gil es sobrino-nieto del poeta Juan Sosa Suárez, quizás le venga de esa herencia familiar su amor por la escritura. Detrás del uniforme de vigilante de seguridad, trabajo que desempeña en la Ciudad de la Justicia en Las Palmas de Gran Canaria, nadie se imaginaría que hay un escritor que ya tiene un libro publicado y otro terminado. Atlántico Hoy lo ha entrevistado para conocer un poco mejor a un todavía desconocido novelista, pero quién sabe si por poco tiempo.

[Pregunta] Un vigilante jurado y metido a escritor. ¿No se siente un extraño en un mundo tan alejado de su realidad diaria?

[Respuesta] Quizás la manera de evadirme de mi realidad diaria sea, precisamente, escribir. Y escribir sobre cosas que nada tienen que ver con mis vicisitudes cotidianas, ya que la realidad supera con creces la ficción y es difícil irse un día a casa sin un nudo en el estómago por las cosas que suceden en la isla y que, al sustanciarse en la Ciudad de la Justicia, llegan a mi conocimiento.

Ya tiene dos libros escritos y uno publicado ¿Por qué eligió el título de Tan lejos, tan cerca?

La verdad es que el título es cosa de mi hijo. Quería hacerlo partícipe de la obra y su contribución fue ponerle el título. Curiosamente las editoriales a las que mandé el borrador estuvieron de acuerdo en que el título era muy acertado ya que trata de una realidad, aunque alejada en el tiempo, pero que todavía hoy permanece en el recuerdo de los canarios, sobre todo, en los de pueblo, como es mi caso.

¿Por qué la postguerra?

El tema de lo que pasó en Canarias, e imagino que en toda España, durante los años inmediatamente posteriores al fin de la Guerra Civil es todavía tabú. Yo no soy historiador, vaya eso por delante, pero por los datos que he podido recabar de la gente mayor del pueblo, que a su vez recibían esa información de sus mayores, las represalias fueron brutales. Las rencillas personales entre familias e, incluso, entre miembros de la misma familia, hicieron que la posesión de un trozo de tierra o un lindero acabara con alguien en una sima o en un campo de concentración. Los que se alinearon con el que salió ganador de la guerra también, obviamente, ganaron y aprovecharon su situación para medrar.

Es un libro corto, casi un relato, de fácil y amena lectura.

Sí, el libro impreso tiene casi 100 pero sí que es un relato corto. Pecados de un escritor novel que tenía muchas ganas ya de escribir el final. No cambié el rol de lector por el de escritor y se quedó un tanto corto.

Destaca mucho en su obra el dialecto canario como “ me esconchabé “, pero sobre todo los apodos como 'Bartolito el árabe'  o Pepito el mutilao' ¿Se tratan de recuerdos de su vida?

Sí, es muy intencionado. Cuando terminé el libro, mandé el borrador a varios amigos para que me dieran su opinión. La opinión de los amigos nunca es objetiva, pero parece que les gustó. Uno de ellos me dijo que la forma de expresarme, salvando, obviamente, las siderales distancias, se parecía a la de Pancho Guerra. Yo he de confesarte que nunca he leído nada de Pancho Guerra hasta ahora que me he agenciado de algunos de sus libros y me fastidia mucho que yo, que me creo tan listo, no supiera de la obra del insigne Francisco Guerra Navarro. Tengo que decir que mi intención al usar estos vocablos no es enseñar. Para enseñar hay que saber y yo no soy más que un aprendiz de casi todo, pero sí que quería poner en valor nuestra forma de hablar, nuestra forma de expresarnos. Creo que fue el recientemente fallecido, Alexis Ravelo, con el que tampoco me puedo comparar, quien dijo que él pensaba en canario y escribía en canario. Pues yo igual, pienso, siento y escribo en canario. Los dichos son muy habituales en los pueblos. Todas o casi todas tienen su nombrete. La familia de mi padre es conocida como 'los goteros'. No he indagado mucho del porqué del mismo. Creo que generaciones atrás y, en las condiciones paupérrimas en las que vivían todas las familias, en casa de la mía había algún tipo de filtraciones de agua. También se usaba mucho la profesión, como casi tercer apellido. La variedad de nombres propios no era la que es hoy, y había que especificar, por ejemplo, a que Juan te estabas refiriendo. A Juan, 'el molinero' o a Juan, 'el de la carne'.

En el libro habla de una familia apoderada, De los Ríos, incluso denomina a uno de ellos como 'el cacique' o 'el amo'. Usted que a diario ve pasar por los Juzgados a muchas caras anónimas, pero también muchas famosas, por lo menos famosas en Canarias, ¿cree que todavía existe el caciquismo en Canarias?

Esa es una muy buena pregunta, capciosa, diría yo. [Se ríe] Los juzgados de lo Social, donde se sustancian las demandas laborales, están casi desbordados. No llegamos a los niveles que relato en el libro pero, el caciquismo sigue existiendo. Ahora no se trata de terratenientes o agua tenientes, ahora se trata de “emprendedores” que dirigen empresas de servicios o similares. Tener un mal empleo es un lujo y a la gente no le queda más remedio que aferrarse a él como la piedra se agarra a la cantera. Es por eso que el fenómeno caciquil, muy atenuado, obviamente, pasa desapercibido en nuestros días.

¿Su padre era maestro como el del protagonista del libro?

No, el libro se inspira en algunas aventuras y correrías de las que él fue protagonista, pero el libro en su mayoría es una ficción. Pero una ficción que, a tenor de lo que me cuenta la gente que lo ha leído y a los que le agradezco de corazón que lo hayan hecho, debió parecerse mucho a la realidad.

¿Es usted lector? ¿Qué tipo de literatura lee?

Me gusta mucho leer. La crítica social de Galdós y Dickens, las distopías (cada vez menos distopías) de Bradbury, Orwell y Huxley. El primer libro que devoré y que fue un punto de inflexión fue 'Faycán'. El hecho de reconocer los lugares que describe en él el gran Víctor Doreste me hicieron un apasionado de la literatura. Ahora mismo leo mucho a Carlos González Sosa y a Cirilo Leal. Creo que hay, por fin, un despertar por contar lo que aquí sucedió en los siglos XV y XVI y es un tema al que todos debemos acercarnos sin prejuicios.

¿Para cuándo el próximo? ¿Versará sobre lo que usted ve diariamente en la Ciudad de la Justicia?

Cuando uno es un escritor aficionado, en la acepción más peyorativa del termino, el tiempo es oro. Así que depende del tiempo del que disponga y de que las Musas tengan a bien visitarme [Se ríe] . Ahora estoy trabajando en otro proyecto. Como aperitivo te diré que versa sobre un escritor cuya falta de inspiración lo tiene un poco amargado. No creo que escriba nunca nada sobre lo que pasa ahora en la Ciudad de la Justicia pero sí le digo que las anécdotas que me cuentan los funcionarios más veteranos sobre casos ocurridos en Canarias hace ya algún tiempo son de lo más jugosas. Si escribiera un libro sobre lo que veo cada día en la Ciudad de la Justicia sería un libro muy triste y duro.

¿Dónde se puede adquirir el libro?

 El libro se puede adquirir bajo demanda en La Casa del Libro, Amazon, Agapea y en casi cualquier otra librería y en la web de Exlibric, la editorial.