Corría el año 1990, hace ya 35 años. En la séptima Liga ACB que se disputaba –con un formato totalmente distinto al actual-, tres equipos canarios se batían el cobre. Mientras el Cajacanarias de La Laguna lograba mantener la categoría, justamente los restantes conjuntos isleños ocuparon las dos plazas de descenso: CB Gran Canaria y Tenerife Nº1 se fueron a Primera B.
Pero en la isla redonda, antes de consumarse esa mala noticia, concretamente del 10 al 13 de febrero, el Centro Insular de Deportes acogía la 54ª edición de la Copa del Rey de baloncesto. Canarias había ya sido escenario del evento tres temporadas antes, en Tenerife, pero la del 90 era la primera en Gran Canaria.
La expectación fue máxima ante la posibilidad de ver partidos a cara de perro entre los grandes del basket español, pues el Granca atravesaba por entonces un periodo de ascensos y descensos a la máxima categoría, deambulando siempre entre los puestos bajos de la clasificación, tramo de su historia previo a la consolidación absoluta en la ACB a partir de la campaña 95-96.
La fase final de la Copa, con dos rondas previas y sin el anfitrión con plaza garantizada –los amarillos cayeron ante el Caja San Fernando en dieciseisavos tras ganar por 3 en la ida y perder por 6 en Sevilla- ofreció un último partido –disputado un martes- sin Madrid ni Barcelona, algo que no ocurría desde 21 años atrás.
El Ram Joventut de Jordi Villacampa, los hermanos Jofresa, Carlos Ruf, Juanan Morales o José Antonio Montero sucumbía ante el CAI Zaragoza de los hermanos Arcega, Quique Andreu, Zapata o Belostenny, y donde estaban también hasta tres jugadores que luego recalaron en el CB Gran Canaria, como Ruiz Lorente, Fran Murcia y Santi Aldama, padre, este último, del hoy ala-pívot de los Memphis Grizzlies.
Récords aún vigentes
Y por supuesto, en ese histórico CAI que lograba su segundo título copero estaba un norteamericano llamado Mark Davis, que anotó en aquella final la friolera de 44 puntos, marca que sigue hoy vigente como la máxima anotación individual en una final de Copa que mantiene aún otro récord: el del entrenador más joven en ganar la competición, Chuchi Carrera, con 24 años y 11 meses.
Aquel abarrotado y resplandeciente Centro Insular de Deportes, inaugurado 16 meses antes, representa el germen de la buena relación de Gran Canaria con la Copa del Rey de baloncesto. Aunque debió pasar un cuarto de siglo para que el torneo regresara a Las Palmas de Gran Canaria, las ediciones de 2015, 2018 y ahora 2025 terminan de colocar a la capital grancanaria en un grupo selecto de ciudades capaces de acoger este evento estrella del deporte en España.
Turismo deportivo
Porque la Copa ACB tiene el éxito asegurado. Lo demuestra desde hace ya décadas, con un formato que reúne, en un fin de semana largo, a los 7 mejores equipos de la Liga Endesa más el anfitrión.
Eliminatorias a partido único, lo que asegura las emociones fuertes, y sobre todo, ocho aficiones entregadas, respetuosas y participativas que han convertido su presencia y su ánimo en uno de las grandes características del acontecimiento, lo que supone, al tiempo, un gran atractivo económico para los lugares que albergan el evento.
La Copa pasa por ser uno de los grandes referentes del turismo deportivo en España. Es ya tradición para muchos amantes del basket reservar algunos días libres en febrero y desplazarse a Madrid, Vitoria, Málaga o Gran Canaria, por poner algunos ejemplos, para disfrutar de los encantos del emplazamiento en cuestión como añadido a algunos de los mejores partidos que se pueden ver fuera de la todopoderosa NBA.
Así, en esta edición de 2025, cuyo ambiente se podrá disfrutar desde este lunes con una exposición de fotografías de las aficiones en la calle Triana, se espera en Gran Canaria la visita de unos 6.000 aficionados y aficionadas, que se unen a las personas que se desplazan por parte de la organización, clubes participantes y profesionales del baloncesto en general, y que llenaran las 11.000 localidades del Gran Canaria Arena.
Inversión pública
El Cabildo de Gran Canaria, propietario del recinto y del Club Baloncesto Gran Canaria, es el gran valedor de que la Copa retorne a la isla, para lo que ha tenido que pagar una cantidad cercana a los 1,7 millones de euros. Resulta difícil discutir que la inversión tiene un retorno considerable.
Por un lado, el nombre de un destino turístico como Gran Canaria volverá a llegar a los ojos y oídos de millones de personas gracias a un evento cada vez más global. Valga el dato los 200 periodistas que presenciarán los encuentros y su retransmisión en casi 150 países de cinco continentes (América, Europa, Asia, África y Oceanía).
Plataformas como la balcánica Sportklub, que emite para Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Serbia, Eslovenia, Croacia y Macedonia del Norte, hará un seguimiento especial como corresponsales en el pabellón de Siete Palmas.
“La Copa impulsa la imagen de la sede”, apuntó el ex jugador Antonio Martín, hoy presidente de la Asociación de Clubes de Baloncesto, durante la presentación del evento a principios del pasado mes de junio. “Esta será la cuarta edición en la isla, así que será como recibir a un amigo en casa”, subrayó el presidente insular, Antonio Morales.
Repercusión económica
La ACB cifrará el impacto económico cuando haya acabado la llamada “fiesta del baloncesto español”, pero atendiendo a su Informe Global de la edición de 2024 celebrada en Málaga, puede adelantarse algunas previsiones. En la ciudad costasoleña, los datos de la patronal del baloncesto dicen que el impacto económico inducido – aumento del consumo, empleo, promoción- fue de 68.088.817 euros, mientras que el impacto económico directo fue de 9.714.764 euros.
En este último apartado, el gasto medio por persona fue de 120,59 euros al día, de los cuáles el 61% se destinó al alojamiento –con un 48,24% en Airbnb y un 35,68% en hoteles-, el 16% en comida, el 14% en ocio, el 6% en transporte y el 3% en merchandising. El 70% de las personas que fueron a esa Copa eran de fuera de Málaga.
Otros guarismos nada despreciables son los que arrojaron las audiencias televisivas en 151 países, con un total de 7.467.703 personas, 1.396.142 en España y 6.071.561 fuera de sus fronteras, con un valor económico generado de 52.068.026 euros.
Se generaron 8.486 noticias -381 en televisión, 2.187 en radio, 2.153 en prensa escrita y 3.765 en medios online- mientras que redes sociales hubo 9.648 posts con impacto a patrocinadores, para un total de 578.725.874 impactos generados y un valor de 8.558.061 euros.
Gastos directos
Cabe destacar que Málaga 2024, cuyos principales patrocinadores fueron Movistar, Endesa, Unicaja y el Ayuntamiento de la ciudad, contó con un total de 73.000 asistentes al Martín Carpena, que reportaron 935.498 euros, por los 1.047.807 euros que dejaron las 230.000 personas que se pasaron en algún momento por la Fan Zone, una de los grandes atractivos para las hinchadas durante la Copa y que en esta 89ª edición se ubicará en el área de Triana-San Telmo.
Por último, 251.498 euros fue el impacto de la Minicopa, el campeonato infantil que se disputa paralelamente y en el que participan menores de 14 años de los clubes de la Liga ACB. Este curso se celebrará primero en el Centro Insular y luego, sus rondas finales, en el Gran Canaria Arena. Vale la pena no perdérselo sabiendo que en ella se han podido ver a jóvenes como Luka Doncic, Ricky Rubio o Santi Aldama.
Lo que parece claro es que, más allá de lo que pase en el parqué, la Copa ACB volverá a ser un éxito a nivel organizativo y de promoción y beneficios económicos para su sede, Gran Canaria en este caso. Amén de consolidar a la isla como plataforma fiable y confortable para grandes acontecimientos deportivos, como el Rally Islas Canarias, la Transgrancanaria, LaLiga de fútbol, la Liga ACB de baloncesto o el Mundial de fútbol 2030, entre otros.
