El Estadio de Gran Canaria se prepara para una transformación histórica. Así lo ha celebrado el presidente de la UD Las Palmas, Miguel Ángel Ramírez, tras el fallo del jurado del concurso para la reforma del recinto.
"Por fin se corregirá un error histórico", ha señalado Ramírez, recordando que, tras la salida del Estadio Insular, la afición amarilla ha tenido que soportar un campo que "sigue sin terminarse" tras 20 años.
Estadio "de verdad"
La remodelación permitirá que el Gran Canaria sea un estadio exclusivo de fútbol, con una nueva distribución que lo convertirá en un recinto capaz de albergar partidos del Mundial 2030.
Uno de los cambios clave será el acercamiento de las gradas, lo que mejorará la experiencia de los aficionados y ayudará al equipo a competir mejor en casa.
"El Estadio de Gran Canaria nunca ha dado puntos, siempre los ha restado", ha afirmado Ramírez, apuntando a la falta de cobertura, el frío y la lluvia como obstáculos para la asistencia. "Con la reforma, la acústica mejorará y los jugadores sentirán el aliento de la afición", ha añadido.
Entradas más baratas
La remodelación también traerá consigo una ampliación de butacas, lo que permitirá ajustar los precios y crear una grada joven con entradas más asequibles, para fomentar la asistencia al estadio.
Ramírez ha reconocido que las obras pueden generar incomodidades momentáneas, pero ha pedido comprensión a la afición: "Hay que arrimar el hombro entre todos para disfrutar cuanto antes de uno de los mejores estadios de España y del top 20 o 30 del mundo".
Además del fútbol, el nuevo Gran Canaria buscará ser un centro de referencia para otros eventos y negocios adyacentes, consolidándose como un punto de encuentro para todos los grancanarios.
