Patricio Viñayo, director general de la UD Las Palmas desde hace casi dos décadas, analiza en esta entrevista el duro impacto emocional y económico del descenso a Segunda, la apuesta estructural del club a largo plazo y el reto de reconstruir un proyecto competitivo sin perder la perspectiva. La entidad grancanaria reducirá su presupuesto a la mitad y no será de los equipos que más dinero manejen esta temporada.
[Pregunta] ¿Qué atmósfera se respira estos días en la entidad?
[Respuesta] No somos una empresa al uso, así que el descenso es un golpe emocional que precisa su duelo. Estamos intentando, tanto los directivos como los cargos intermedios y los empleados en general, apoyarnos e intentar que esta fase de duelo pase cuanto antes, porque la competición no nos espera. El mercado de verano está ahí y el nuevo proyecto, con la campaña de abonados, ya ha sido presentado, y necesitamos no dejarnos arrastrar por la frustración inmediata, tener una visión más larga, comprender que el equipo, de los últimos 10 años, ha estado en Primera División la mitad, y la otra mitad en Segunda y casi todos o ascendiendo o en play-off. A vista de pájaro podemos ver que hemos dado un golpe de timón a la historia reciente de la Unión Deportiva, y no podemos eclipsarlo con el tremendo impacto emocional negativo que nos produce el reciente descenso.
En diferentes ámbitos y momentos, se ha pedido que el club exhiba una cierta capacidad autocrítica. Esa tristeza y esa prisa que comenta, ¿permiten un verdadero proceso de reflexión?
Precisamente, de ese proceso de autocrítica nacen los pasos que se están dando este verano, que son bien distintos de los que se dieron en el pasado. Nos ha ocurrido que cuando recurrimos a un entrenador que apenas ha tenido tiempo de descansar y que ha estado involucrado en un hito deportivo, a poco que las cosas van mal, toda la carga laboral y emocional con la que venía seguramente reduce sus prestaciones habituales, porque no se puede decir que quienes no obtuvieron resultados sean malos técnicos. Por ejemplo, con Carrión no ayudó la tardanza para incorporarse al proyecto. Se confiaba en él y en su propuesta, pero no es lo idóneo estar sometido a acontecimientos que escapan de tu mano.
Las Palmas ha apostado en las últimas temporadas por entrenadores de un perfil bajo, sin demasiada trayectoria. ¿Es una cuestión económica o de modelo?
En estas cuestiones y en las decisiones que se toman tienen todo el gran peso las propuestas que la propia dirección deportiva realiza. Pero desde luego existe también un aspecto económico. El equipo de esa área manejan los presupuestos deportivos de la entidad y saben perfectamente que es tan simple como un límite de gasto que está ya previamente fijado por LaLiga y que lo que sobrepasa un promedio de gasto, por un lado, tiene que compensarse por otro. Ellos no son unos insensatos económicos. Todos trabajamos conjuntamente de una forma muy colegiada, pero en lo que son decisiones deportivas, ellos son los que afrontan y proponen en base a su conocimiento del mercado las incorporaciones tanto en el banquillo como en el terreno de juego. La entidad propugna un modelo de juego y luego el técnico debe utilizar bien las piezas para que la puesta en escena, con su táctica concreta para cada encuentro, sea coherente con dicha propuesta. Por supuesto, luego hay cosas que no podemos controlar.
¿Cuál es la gran enseñanza que deja al club la temporada recién finalizada?
Que nunca debes dejar de exprimir tu margen de mejora por muy bien que vayan las cosas. Que si adviertes alguna carencia no tienes que despreciarla porque las cosas vayan bien.
Resulta habitual que los clubes apuesten por la cantera en épocas más complicadas. ¿Será este el caso de la UD Las Palmas?
La decepción desconfigura algo la realidad. En LaLiga EA Sports, la mitad de los jugadores de campo eran habitualmente canteranos. A alguien le puede parecer poco, pero si observas a los rivales… Será difícil que haya mucha más presencia de canteranos, porque ya es muy alta, y con presencia significativa. El hecho de que haya dos equipos que hayan protagonizado un doble ascenso en la cadena de formación nos hace seguir insistiendo en una realidad muy silenciosa, que es el trabajo de cantera.
¿Qué le supone a la UD Las Palmas a nivel económico perder la categoría?
En derechos audiovisuales pierdes un 75%, porque pasamos de unos 40 millones a 9,8. Esta reducción drástica de ingresos somete al club a un estrés de gestión que hay que intentar compensar de todas las formas posibles. La propia Liga tiene institucionalizada la ayuda al descenso, que en este caso ronda los 10 millones de euros —debiendo ser gastada en dos temporadas—, pero los patrocinios e ingresos comerciales de toda índole también menguan prácticamente a la mitad, de 11 a 4,7 millones. En relación a esta última cifra, confiamos en aumentarla de cara al comienzo del curso. Concretamente, en cuantos a la campaña de abonados, se reducen drásticamente porque aunque se abonen los mismos seguidores, el precio es diferente. Las tarifas son más económicas y normalmente siempre hay abono que se capta en Primera División y no en Segunda. Entre abonos y taquillas, en la máxima categoría nos movemos en una horquilla entre 11 y 13 millones, y ahora pasará a un nivel entre los 3 y 5 millones de euros.
En resumen, que el presupuesto de la Sociedad Anónima, de casi 80 millones, sufrirá un recorte muy sensible para la nueva temporada.
Es prematuro hablar de eso, pero la reducción estará por encima de la mitad. Dependerá de los ingresos extraordinarios que se produzcan, fundamentalmente los traspasos.
¿Cuál es su visión de todos estos números?
Hay un hito que se propuso desde nuestra entrada al club, y era que el aficionado pudiera permitirse el lujo de hablar más de cuestiones deportivas que de si Las Palmas desciende administrativamente o desaparece directamente a cada término de temporada. Por otra parte, pase lo que pase, estemos en una categoría o en otra, tenemos que saber convivir con la decepciones momentáneas sin dejar de pensar en líneas estratégicas de crecimiento. Y eso tiene que ver mucho con la infraestructura del club. Cuando este consejo de administración llegó, en 2005, Barranco Seco estaba embargado, era una serie de contenedores habilitados de vestuario o de salas de fisioterapeuta, y un chamizo bajo el que había dos o tres bicicletas estáticas oxidadas. Ese era todo el material con el que podían contar los jugadores que estaban recuperándose de sus lesiones. Y ni siquiera había una visera para pasar de la sala de los fisios al vestuario sin mojarse si llovía. La sala de prensa era una mesa de playa y un par de sillas, también de plástico, y un par de bancos suecos y también cuando llovía los profesionales se metían en un cuarto donde estaban toda la maquinaria de mantenimiento del césped y ahí entraban todos apretados. Ahora, aparte de contar con una ciudad deportiva como la que tenemos, que la Liga la pone de de ejemplo de sostenibilidad, en un paraje con una orografía muy compleja pero con unas condiciones climatológicas idóneas para la práctica deportiva de alto rendimiento, que el club siga con su segunda fase proyectada y que pueda acometer otras inversiones, no caigamos nunca en dejar de tener altura de miras para comprender que lo inmediato es lo urgente, pero no siempre es lo más importante.
¿Va a tener la UD uno de los presupuestos más altos de la Liga Hypermotion?
Estará en la mitad alta de la categoría. Hay clubes que tienen presupuestos sorprendentes.
¿Entonces, viniendo de Primera, no tiene asegurado estar entre los tres mayores presupuestos?
No tiene por qué, pero debe de estar muy próximo a ese rango.
¿Cuál será el objetivo deportivo?
El deseo de la Unión Deportiva Las Palmas, si está en Segunda División, siempre será ascender de categoría. Pero eso lo comparten no menos de 15 de los 22 clubes, y se lo proponen firmemente. La experiencia nos demuestra que ir de cabeza de ratón no trae grandes beneficios al proyecto. No solamente por la constatación de que los tres recién descendidos no han logrado esta temporada ascender, sino por la sensación de que si uno pierde cierta humildad en Segunda, porque viene de Primera y piensa y traslada también a su entorno de que prácticamente es imposible no ascender porque tienes el acicate de la ayuda al descenso, porque vienes de la experiencia de estar en Primera y codearte con los grandes, ganando al Barcelona, ¿cómo no le vas a ganar a cualquiera de tus rivales en Segunda? Todo ese tipo de mantras que sé que se instalan en la conciencia colectiva son muy nocivos a la hora de tener éxito en el desempeño de ese deseo de ascender. La permanencia nunca hay que darla por segura hasta que se logre, porque eso es perderle el respeto a una competición muy exigente y muy igualada. Luego el play-off y después el ascenso directo.
El Estadio de Gran Canaria empieza a remodelarse, ya se conocen algunos plazos. ¿Qué amenazas y potencialidades tiene esta obra para la UD?
No me gusta tildar de amenaza a nada que se haga en el Estadio de Gran Canaria para propiciar la ejecución del gran proyecto que está diseñado. Son trastornos que asumimos de una forma muy comprensible. La UD entiende esto como un hito histórico. Queremos mirar a la larga. Puede ocurrir de todo en 2030, como que estemos en Primera, en Segunda, o incluso que juguemos competición europea. Pero lo único cierto es que tendremos un estadio ejemplar para el siglo XXI, que nos propiciará tener una partida presupuestaria como la que tienen la mayor parte de nuestros grandes competidores que nos permita convivir en la instalación los 365 días. El crecimiento de muchos clubes está muy ligado a sus sedes oficiales de juego. Ahora mismo tenemos una desventaja porque no ponemos nuestra sede oficial de juego al servicio de nuestro nivel competitivo y presupuestario.
Hace prácticamente un año lanzaron la cerveza Pío Pío. ¿Cómo ha sido su recorrido? ¿Tienen en sus planes nuevas iniciativas comerciales?
Todas las iniciativas que no son exactamente deportivas, que están dentro del grupo de sociedades vinculadas a la Unión Deportiva Las Palmas, son siempre proyectos que se conciben a largo plazo, unidades de negocio que se ponen en marcha porque creemos que trabajándolo convenientemente y con la debida paciencia, pueden suponer otra ancla de fortalecimiento para el club. En el caso de nuestros competidores, hay infinidad de Iniciativas comerciales vinculadas de alguna manera a la marca original de cada club en cuestión. Y nosotros es un terreno que empezamos ahora a explorar tímidamente, sin el desarrollo que tienen en otros clubes. Debemos reconocer que, aunque deportivamente podamos estar en Primera, no nos podemos considerar un club que se haya consolidado en esa categoría, sino hasta ahora hemos tenido apariciones intermitentes. La Primera División te permite mayor margen que la Segunda para distribuir tu energía en otros proyectos que no sean los puramente vinculados a la actividad deportiva.
El presidente, Miguel Ángel Ramírez, asegura que la UD Las Palmas le debe “muchos millones de euros”.
No estoy en la parte financiera y no conozco el detalle, pero creo que es notorio que ha habido momentos en estos 20 años de presidencia en que la entidad ha atravesado unas dificultades económicas y de tesorería muy severas, y son siempre los administradores los que deben velar porque la sociedad siga su actividad en marcha conforme a todos los requerimientos y las exigencias que tanto las autoridades deportivas como societarias y mercantiles exigen. Unas veces por la vía de la ampliación de capital u otras veces por aportaciones concretas, los administradores se han encargado de paliar esas penurias.
Consolidar un proyecto en Primera División no es fácil, y la Unión Deportiva viene, aunque ya cada vez queda eso más lejano, de una situación económica y social muy difícil. Pero la realidad es que no se ha conseguido que Las Palmas no sea un equipo ascensor, que esté en un proyecto más continuado en la máxima categoría. ¿Qué ha faltado para lograrlo? ¿No conseguir el objetivo replantea en algo la manera de afrontarlo?
Yo creo que el hecho de que ya en la última década acumulemos las mismas temporadas en Segunda que en Primera, ya supone un avance, lo mismo que haber ascendido mediante un play-off y luego de forma directa. Y esto es una carrera de fondo. Digamos que la sobreestimación propia solamente tiene cabida cuando desconoces lo ajeno. Y nosotros somos muy conscientes del contexto en el que el que nos estamos moviendo, y es tal vez la liga más competitiva del planeta. Y nosotros, la Unión Deportiva Las Palmas como tal, no puede tener miedo a la a la crítica. Los objetivos que tienes que ponerte por delante tienen que ser objetivos de los más altos. Lo que tenemos que hacer es ser estables emocional y económicamente, y eso nos dará una solidez deportiva que con la insistencia y con la aceptación de la derrota y la enseñanza que te deje y luego, con la intención de tratar con normalidad grandes victorias, nos hará un grupo que no tenga esos problemas de autoestima para sentirte hundido en la miseria cuando pierdes y sentir que eres el rey del universo cuando ganas. Hay que fijar la cultura de la persistencia y tener cierta inmunidad al desaliento. Y aceptar que en una competición de ligas abiertas, por muy bien que lo hagan 20, tres van a descender, y es normal que en los primeros años de estar en Primera División seas uno de esos candidatos.
¿Qué plazo le suena razonable para conseguir esa consistencia?
Eso depende de tres variables. La primera es no verte sorprendido por la competición. Cuando el Leicester ganó la Premier no lo habría podido hacer sin ser el equipo que menos lesionados tuvo durante toda la campaña. Entonces, muchas veces hay lesiones que si siempre son de índole muscular, pues tú puedes influir sobre ellas. Pero hay otras lesiones que son accidentales desde la perforación de un intestino hasta una recaída de una grave enfermedad, que eso son absolutamente ajenas a tu ámbito de actuación. Luego hay decisiones deportivas en el propio transcurrir de la temporada, que si solamente las sufres tú y no las sufren otros, te queda esa idea de que eres también víctima en ocasiones de alguna extravagancia arbitral. Y luego tienes tu propio margen de error a la hora de confeccionar tu plantilla, elegir al entrenador. Todos los clubes consumen ese margen de error, pero si los otros factores se vuelven en contra, se exacerba ese error. Y si los otros factores le favorecen, se neutraliza. Adecuarte a la incertidumbre del fútbol de alto nivel significa generar una moral imbatible. Solamente adquiriendo esa fortaleza mental y esa cultura de club se logrará finalmente asentarse donde aspiramos, por muy difícil que parezca y por muy poca autoestima que te dejen algunos momentos adversos.
