El Tenerife entrenado por Álvaro Cervera se diluye. Los resultados no llegan y el juego, que había mejorado con la llegada del técnico ecuatoguineano al banquillo blanquiazul, tampoco mantiene el buen ritmo que demostró en los anteriores encuentros. Se repitió la mala imagen del equipo en el pasado encuentro en casa, ante el Córdoba, y la permanencia está cada vez más lejana.  

Los primeros minutos fueron un toma y daca en el que ninguno de los dos equipos fue superior. El Tenerife lanzó varios contragolpes, con velocidad por las bandas, aunque el más certero fue un lanzamiento largo hacia Enric Gallego que no llegó a la pelota frente a la salida de Herrero.

Mal juego, escaso peligro

El Málaga también volcaba el juego por fuera, pero sin llevar peligro serio a la meta visitante, salvo en dos aproximaciones justo por la zona central para poner a prueba al ex malaguista Juande, hoy titular por la baja de Sergio González en la alineación presentada por Álvaro Cervera.

Las lesiones y sanciones han mermado mucho a este equipo, que además de su mal desempeño desde el inicio de la temporada y su clasificación cercana al descenso, no ha podido repetir alineación prácticamente en todo el año deportivo.

El Málaga tuvo la oportunidad más clara para adelantarse en el tanteo en una pérdida de Bodiger que aprovechó,  en el segundo palo de la meta de Badía, Dani Sánchez, pero  el meta catalán desvió el cabezazo del centrocampista del Málaga.

Poco acierto

Los avances tinerfeñistas morían en la zona cercana al área malagueña, incluso algunos centros con intención por parte de Luismi Cruz, acabaron en las manos del meta Herrero. Como siempre, el acierto de los hombres más adelantados del Tenerife fue más bien escaso y de esta forma el empate inicial no se alteró.

Cervera trató de arreglar la situación defensiva del Tenerife colocando a Waldo Rubio como carrilero derecho con Mellot más centrado. Una defensa de cinco para tratar de arropar al desacertado Juande. Esta circunstancia no hizo que el equipo estuviera mejor en el juego, pero sí obligó al Málaga a precipitarse más en sus acciones y el juego se ralentizó.

Posibles penaltis

La única ocasión del conjunto visitante en esta fase del partido -y su primer lanzamiento entre los tres palos- vino cerca del minuto 40, en un centro de David al área que intentó rematar Enric, sujetado por un defensor. El árbitro no consideró que el agarrón fuera tan fuerte como para señalar el penalti.

En estas idas y venidas de un área a otra, un cabezazo de Enric que atajó bien Herrero y otro de Lobete que no acertó con la meta rival, fueron las últimas oportunidades de los dos equipos, que rivalizaban para irse al descanso sin que pasara nada que pusiera en peligro el empate.

Eso sí, el susto llegó cuando casi se cumplía el minuto 45, en una entrada de Lobete en el área del equipo tinerfeño fue cortada en una presunta falta de Juande, que llegó a tocar el talón del atacante local, pero ni el colegiado ni el VAR entraron a valorar una jugada con polémica, de la que se quejó amargamente el conjunto local.

Buen inicio y otro mazazo

Al inicio de la segunda parte el Tenerife se presentó sobre el terreno de juego varios minutos después que el Málaga. Se supone que Cervera habrá organizado una reunión de urgencia en el vestuario para aclarar las ideas de un equipo que necesitaba el triunfo para seguir con alguna opción, con alguna ilusión.

Y así se volcó desde el principio ante la meta de Herrero, llegó con algún peligro, aunque sin acierto, como ya es habitual. Dos cabezazos, uno de David Rodríguez y otro de Enric Gallego, que ya iban con la pólvora mojada desde su salida fueron las únicas ocasiones del Tenerife que pudieron aclarar el panorama blanquiazul.

Error defensivo y… gol

Sin embargo, cuando el Tenerife intentaba ponerse por delante en el marcador, para cumplir con las palabras de su entrenador en la caseta -suponemos- llegó un córner y otro error de la defensa. Dani Sánchez, absolutamente solo, remató ante un mar de piernas, lo que imposibilitó a Edgar Badía ver la trayectoria del balón. El mazazo de todos los partidos.

Cervera hizo su primer cambio, con la entrada de Medrano por Juande, para seguir con la defensa de cinco, pero con Waldo Rubio ahora más adelantado, porque hacía falta “punch” y el Tenerife era un quiero y no puedo continuo en sus acercamientos a la meta rival.

Negados en ataque

A los 70 minutos, Ángel, recién ingresado en el campo, se metió en fuera de juego tras un pase de Maikel Mesa cuando parecía que los blanquiazules podrían igualar el marcador. Pero el atacante tinerfeño está tan negado que, sólo ante Herrero, envió fuera. Estaba en posición antirreglamentaria, sí, pero esas ocasiones hay que aprovecharlas y el Tenerife no lo hace.

Tuvo que ser Edgar Badía el jugador que metió a su equipo en el partido al parar un penalti de David sobre Nelson Monte que Baturina lanzó flojo, a la izquierda del meta blanquiazul. Esta vez sí valió la parada, después de dos máximas penas atajadas en partidos previos y que al final por una u otra causa fueron anuladas por el VAR.

Los minutos finales fueron los habituales en este Tenerife 24/25, mucho intentarlo de “aquella” manera y poco acierto ante un Málaga que puso en el campo lo que tenía, más ganas que buen juego, para ganar un partido que deja a los tinerfeños al borde, un poco más cerca, del abismo.

Ficha técnica:

Málaga CF: Herrero; Puga, Monte, Galilea, Sánchez; Larrubia, Ramón Enríquez (Manu Molina, min.65), Merino, Kevin Medina (Luismi, min.65); Lobete (Antoñito Cordero, min.84) y Baturina (Dioni. Min.79).

CD Tenerife: Edgar Badía; Mellot, Juande (Medrano, min.59), José León, David Rodríguez; Luismi Cruz, Aarón Martín, Bodiger (Maikel Mesa, min.67), Waldo Rubio (Teto, min.79); Diarra (Marlos Moreno, min.79) y Enric Gallego (Ángel, min.67).

Árbitro: Salvador Lax Franco, del Comité Murciano. En el Var estuvo el cántabro José Antonio López Toca. Amonestó al entrenador del Tenerife, Álvaro Cervera (min.16),  Mellot (min.36), David Rodríguez (min.76) y Luismi (min.89)

Gol:

Min.53. Dani Sánchez remató desde la frontal del área a la salida de un córner (1-0).

Estadio: La Rosaleda, con capacidad para 30.044 espectadores.