Viene de ganar un Mundial. Supongo que habrá sido el momento más especial de su vida.
Yo creo que sí. Lo que vivimos fueron dos semanas alucinantes. Aún no nos damos cuenta de la magnitud del logro conseguido y tal vez lo valoremos con el paso de los años. Pero la satisfacción por ver las caras de ilusión a nuestro regreso a Madrid es algo que no olvidaremos nunca. Ahí fue la primera vez que notamos hasta qué punto habíamos generado entusiasmo e ilusión en la gente. Fue algo inmenso.
Casi nadie apostaba por ustedes y…
Eso enganchó todavía más a la gente. En un principio nadie pensaba que pudiésemos ganar, entre otras cosas porque había selecciones con mejores jugadores. Pero pudimos formar un buen equipo y ser más sólidos que el resto.
¿Ese fue el secreto del éxito?
Claro está que tener a Ricky Rubio o a Marc Gasol al nivel de la semifinal impresionante que se marcó, pues evidentemente ayuda y es fundamental. Pero más aún lo fue la fuerza de los 12 jugadores, el conjunto. Había grupos con más talento a nivel individual pero el nuestro fue el más sólido en los momentos clave. Siempre hemos competido bien cuando llegan los partidos importantes.
¿Qué sitio ha elegido para esa medalla de oro?
Por ahora está en casa, junto a otros pequeñas recuerdos de mi carrera. Al final, más que la medalla en sí, lo que conservaré para siempre son todos los recuerdos y la sensación de felicidad que generamos en la gente.
¿Cuánto de importante ha sido Canarias en su trayectoria personal?
Ha sido donde me he consolidado como jugador. En Gran Canaria y Tenerife me hice mejor profesional y también he crecido como persona. Ésta es mi décima temporada en Canarias y como te podrás imaginar, la influencia del Archipiélago es evidente. Desde los 22 a los 32 he estado viviendo aquí, así que las Islas han sido clave en mi carrera.
¿Por qué se produjo esa conexión casi instantánea entre la afición canaria y Javi Beirán?
No sé. La gente canaria es muy cercana, muy cariñosa. Yo soy un jugador que disfruto mucho con lo que hago y que soy muy expresivo muchas veces. Pienso que eso me acerca a los aficionados. Siempre he intentado mantener cierta proximidad con la gente en el día a día. Y creo que eso ayuda a que luego uno sea reconocido y valorado. En mi caso puedo decir que estudié en ambas ciudades, que quise acercarme a la cultura de cada una de las dos islas... Y desde su singularidad, cada una tiene un encanto diferente.
¿Cuáles son sus sitios favoritos del Archipiélago?
Tengo millones de sitios apuntados (ríe). Cuando vienen las visitas, especialmente a Teneife y Gran Canaria, les llevo a un montón de lugares distintos. También conozco Fuerteventura y La Gomera, que es donde hago mi campus anualmente. Pero no sabría quedarme con un sitio solo. Me encanta la playa, pero hay sitios de montaña perdidos que me encantan.
¿Por qué se vive aquí el baloncesto de una forma tan especial?
Hay mucha cultura de deporte y el baloncesto es un deporte que engancha. Los resultados que han tenido los dos clubes canarios punteros y estar tan cerca de la élite ha ayudado a que la masa social crezca en torno a ellos. Gracias a eso, tenemos una muy buena salud en baloncesto y se ha llegado a cotas tan altas. En Gran Canaria incluso a la Euroliga; en Tenerife, a conquistar un título europeo.
¿Por qué no siguió en el Iberostar Tenerife?
"En Tenerife, con todos los cambios que hubo, decidimos que lo mejor era no seguir. Lo decidimos ambas partes y dentro de las opciones que tenía, la suerte es que podía elegir. Me decanté por Gran Canaria por el proyecto que tenían. Después de un año muy bueno para el club pero también muy difícil, pensé que era un gran reto volver a un sitio donde había estado muy a gusto y donde mi familia espero que sea feliz. Era un desafío. Y por eso elegí regresar".
¿Qué espera de esta temporada?
"A nivel colectivo queremos estar entre las primeras posiciones para jugar en Europa y disfrutar de unos playoff o una Copa del Rey. Y a nivel individual, el objetivo seguir disfrutando. Alguno me preguntaba estosd ías si he perdido ambición y la respuesta es que no he perdido ninguna ambición. Vengo de un año individual muy bueno, pero quiero más. Sigo disfrutando como el primer día. Me enfado cuando las cosas no salen, y eso es buena señal".
¿Se puede soñar con Tokio?
"Es difícil soñar con algo después de ser campeón del mundo, pero claro que sueño con volver a la selección. Es algo que me gusta y que disfruto muchísimo. Por lo pronto, espero estar en las ventajas de febrero. ¿Y Tokio? ¿Por qué no? Sé que es complicado y que depende de encajar en el momento, las circunstancias… pero lucharé por conseguirlo como hice para estar en China".