El partido comenzó marcado por las imprecisiones de ambos equipos, con las salvedades de Marcelinho Huertas para los locales, que empezó pronto su festival de 33 puntos (13 de 19 en tiros de campo, 7 asistencias, 38 de valoración), y un activo Kassius Robertson que, a la postre, sería máximo anotador de los gallegos con 23 puntos. Así, el acierto del canadiense, con dos triples, decantó el primer cuarto a favor de Obradoiro, con una ventaja de 16-19.
En el segundo cuarto, el equipo canarista empezó a espabilar de la mano de un Marcelinho que, además de continuar su lluvia de 'bombitas' sobre la canasta visitante, se encargaba de mejorar el juego de sus compañeros. La conexión con Shermadini se tradujo en asistencias que el georgiano se encargaba de hundir en el aro y, desde la línea de tres, Wiltjer empezaba a encontrar el acierto. Con este balance y el trabajo defensivo de Doornekamp para cazar rebotes, los tinerfeños terminaron el segundo cuarto con ventaja de 40-35, gracias, precisamente, a un triple con el que el alero estrenó su cuenta anotadora.
Tercer cuarto
Tras la pausa, Obradoiro salió a por el partido con un triple de Scrubb que Wiltjer, en dos ocasiones, y Fitipaldo, se encargaron de replicar para lograr la máxima ventaja (59-48). A la vuelta de su lesión, el uruguayo cuajó un muy buen partido, sumando 14 puntos. Pero los gallegos también quisieron unirse al festival de triples y, por mediación de Beliauskas y Zurbriggen, recortaron diferencias. La guinda la puso Doornekamp que, al igual que en el segundo cuarto, cerró anotando su triple para poner el 64-56 en el marcador.
El último cuarto puso en duda el dominio del partido. Nada más comenzar, triples de Vicedo y Robertson. A continuación los árbitros sancionan antideportiva a Shermadini por agarrón a Birutis, además de la cuarta falta del georgiano. Desde la línea de tiro libre, Birutis anotó con su peculiar estilo de muñeca e igualó el marcador a 68.
Tiempo muerto
Ante la sangría, Vidorreta pidió tiempo muerto para reorganizar a su plantel y recriminarles el desacierto en el rebote. Al volver a la pista, Marcelinho se encargó de tranquilizar a su técnico y a todo el Santiago Martín con una sucesión de canastas que culminó con un triple facilitado por la defensa gallega. Obradoiro se negaba a claudicar y perseveraba, sobre todo a través de Robertson, que convirtió una magistral entrada a canasta rectificando su salto en el aire. Aún así fue insuficiente para la ventaja que Marcelinho, durante todo el partido; Witljer, con cuatro triples en total; y Fitipaldo, especialmente en el útlimo cuarto, habían consolidado.
Al término del encuentro 86-83 para el CB Canarias con una actuación histórica de Marcelinho en el primer partido sin límite de aforo después de dos años. Jugadores y afición felicitaron al veterano jugador brasileño que, a sus 38 años, demostró que aún tiene mucho baloncesto que ofrecer al Santiago Martín.