Djurdjevic, el pícaro. Ningún linier, ni el árbitro se dieron cuenta de que Djurdjevic remató con el antebrazo justo delante de Dani Hernández. Ni siquiera la defensa blanquiazul protesta, pero es la jugada que decide un partido, uno que frena la carrera hacia la permanencia virtual para un CD Tenerife al que, una vez más, le faltó 'punch' en área rival. Siete partidos después, se acaba la racha tinerfeñista.