El propósito de Llorente era explorar junto a Víctor Moreno alguna opción para que el centrocampista tinerfeñista - con varias opciones de LaLiga Santander - pueda cumplir su legítimo deseo de jugar la próxima temporada en la máxima categoría.
No obstante, las opciones de salida se reducen cada vez más. El club no se mueve de su posición inicial, fijada por su presidente, Miguel Concepción: o alguno de los pretendientes de Milla pone sobre la mesa cinco millones de euros (su cláusula de rescisión) o no saldrá. La entidad insular solo se aviene a negociar en caso de que aparezcan propuestas formales próximas a esa cantidad. De momento no las hay, puesto que desde el entorno del jugador consideran disuasorio el precio que le ha fijado el Tenerife.
El jugador no está del todo feliz con la posición adoptada por el representativo, de ahí que se produjera la cumbre del lunes para intentar desbloquear su situación. Varios clubes le quieren, pero ninguno está dispuesto a llegar a las pretensiones blanquiazules.
El pasado domingo, dio mucho de qué hablar el semblante serio del medio blanquiazul en el primer amistoso veraniego ante el Águilas. Ya entonces, el entrenador del representativo quiso adherirse a la posición oficial y recordó que el Tenerife "hizo una inversión importante por él", de ahí que ahora exija a sus posibles compradores que abonen lo establecido por contrato. Cinco millones de euros... y ni un céntimo menos.