El panorama para el Tenerife es desalentador, con tres puntos menos que el año pasado a estas alturas y la necesidad acuciante de reforzarse en el mercado invernal. El director deportivo, Víctor Moreno, ya ha advertido de que tendrán que "manejarse con mucha habilidad para generar recursos", pero en estos momentos es improbable que se produzcan desvinculaciones que permitan hacer caja. En el club prevén dar la baja a algunos de los futbolistas con menor cuota de protagonismo en el plantel y acometer varias incorporaciones. Como mínimo tres: un lateral izquierdo, un delantero y un recambio para el lesionado Borja Lasso.
El calendario tampoco ayuda. Los blanquiazules abrirán 2020 en el Heliodoro frente al Albacete y en un ambiente muy crispado por las últimas determinaciones del presidente, Miguel Concepción, que fue quien prescindió de López Garai en contra del criterio de su director deportivo; y también quien asumió la responsabilidad de la contratación de Rubén Baraja. No obstante, el tramo más difícil para el Tenerife vendrá tras jugar en el Cerro del Espino en Copa del Rey -contra el Rayo Majadahonda-, pues de forma consecutiva jugarán contra tres gallitos: Huesca, Girona y Las Palmas, por este orden. Así pues, urge que los refuerzos lleguen pronto y tengan una adaptación casi inmediata.
El cuadro insular se había acostumbrado a residir casi todos los años en la zona baja de la clasificación, pero hacía mucho tiempo que su posición no era tan crítica. Los jugadores iniciaron ayer las vacaciones con propósito de enmienda y con la idea de volver con otra cara al nuevo año. La imagen ofrecida en Riazor fue de las peores que se le recuerdan al Tenerife fuera de casa en esta temporada.