Fútbol en medio de la tormenta

El CD Tenerife visita Gijón en una semana donde se ha hablado de todo menos fútbol

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sesé rivero
sesé rivero
La tormenta no es climatológica; los rayos son de incompetencia. La clase gobernante en el CD Tenerife -y de forma muy especial su presidente, presente hoy en Asturias- ha demostrado una extraordinaria torpeza en las últimas fechas y ha puesto al representativo al filo del colapso.

Todavía hoy resulta impensable que Miguel Concepción pulsara el botón del cambio de entrenador sin tener su relevo atado, si bien la magnitud de la sorpresa es todavía mayor cuando se descubre cuál fue su solución de emergencia: Sesé Rivero, que llevaba lustros enteros sin dirigir un partido de fútbol.

El portuense se pone a los mandos de un CD Tenerife a la deriva, si bien la capacidad de autogestión y el coraje de los futbolistas son las esperanzas principales ante un partido clave. Un nuevo tropiezo -sumarían nueve consecutivos- sería catastrófico para los blanquiazules, que cambian una baja por otra (vuelve Aitor, falta Alberto) en una convocatoria trufada con la presencia de tres hombres del B, tal vez con la intención de que las novedades aporten aire fresco a un grupo deprimido.

Apenas nada se ha hablado del rival en esta semana de muchas curvas y poco sentido común. El Sporting también está pasándolas canutas, aunque sin llegar aún al grado de deterioro de la gestión y de las formas que en el Tenerife roza el esperpento. No viajó Víctor Moreno porque ya no manda ni ordena; y lo hizo Toño en su lugar. Pero quien tomará las decisiones es quien se sentará hoy en el palco de El Molinón-Quini, un Concepción al que todos señalan como culpable de un estropicio que hoy puede aliviar (o empeorar) el resultado de un partido que no se ha preparado como se debiera. Y eso nadie lo discute.

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