365 días han pasado y cómo ha cambiado todo. El 24 de junio de 2017 el CD Tenerife se quedó a solo un gol de ascender a Primera División en el Alfonso Pérez de Getafe. Los blanquiazules cayeron 3-1 y volvieron a la Isla con lágrimas en los ojos.
Había ganado el equipo de José Luis Martí en la ida en el Heliodoro Rodríguez López con un tanto de Jorge Sáenz, lo que daba una ventaja interesante de cara el encuentro en tierras madrileñas. La afición confiaba, los jugadores creían y solo había que frenar el arreón inicial del Getafe CF para luego poder ampliar la renta.
Nada más lejos de la realidad, la zaga del CD Tenerife salió desconectada, los nervios pudieron con los jugadores blanquiazules y, antes del minuto 15, el equipo de Bordalás ya ganaba 2-0. Solo cinco minutos después reaccionaron los isleños por medio de Choco Lozano, un 2-1 que los colocaba en la Liga Santander.
Medio arreglaba el Tenerife el mal comienzo, pero continuaba las dudas en defensa y antes del descanso llegó el tercer tanto local. Un 3-1 con el que se llegó al final del encuentro, ya que el Getafe no dejó que se jugase más durante la segunda mitad con continuas pérdidas de tiempo. Fiesta en el Coliseo Alfonso Pérez y caras largas en la expedición chicharrera de vuelta a casa.
SIN COTINUIDAD
Un año después la situación es completamente distinta. Aarón Ñíguez, Amath, Lozano o Gaku Shibaski, los hombres más desequilibrantes del CD Tenerife el pasado curso, se fueron del club y los que llegaron no lograron meter al equipo en playoff. Tampoco permanece el entrenador, destituido cuando estaba a un solo punto del descenso.
Ahora, tras 12 meses de desilusión, la entidad espera volver a construir una plantilla competitiva e intentar –por fin- lograr el ansiado as censo.