​La vida al revés

Cuando se enfrentaron en Marbella en plenapretemporada, los analistas y amigos de las cábalas asignaron a Tenerife y Almería roles casi antagónicos

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camille almería-tenerife
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Cuando se enfrentaron en Marbella en plenapretemporada, los analistas y amigos de las cábalas asignaron a Tenerife y Almería roles casi antagónicos a los que tienen ahora. Tanto se creyeron ellos mismos sus respectivos papeles de aspirante al ascenso y candidato a la permanencia, que entonces el representativo se permitió la licencia de 'regalar' al cuadro rojiblanco a uno de sus futbolistas. Como si fuese un acto de limosna, prestó a Juan Carlos Real, que presuntamente le sobraba; y hasta se le olvidó asegurarse alguna contraprestación económica por si acaso la rompía. Y la rompió.

Ocho meses después, el Tenerife resiste a duras penas en la pugna por la permanencia, aliviado por el respiro que le han dado Lugo e incluso Las Palmas, ahora metida en el fango hasta los tobillos; y el Almería, en cambio, sueña en grande y busca este domingo (Heliodoro, 19:00 horas) subirse al último tren con destino a la sexta plaza. Las trayectorias de ambos planteles confirman la proverbial tendencia de la Segunda División a quebrar los pronósticos veraniegos y a castigar el exceso de soberbia. La propia competición bajó al piso a los de Oltra, que han revisado sus objetivos y hasta su forma de enfilar los partidos. En su regreso a casa buscan al cierre de la Semana Santa concatenar por vez primera dos triunfos consecutivos. Y eso les vale, sí, porque atar la permanencia sin sobresaltos se ha convertido en su último gran propósito de la temporada.

Mientras, una nueva meta asoma en el horizonte de los blanquiazules. La opción de rebasar a Las Palmas y liquidar al acérrimo rival en el derbi de mayo sería una buena forma de buscar la redención ante la sufrida parroquia local, ávida de buenas noticias. Es digno de mérito y mención que la afición siga acudiendo fiel a su cita con el Heliodoro aunque la temporada sea de más horrores que alegrías. La última, el triunfo en Majadahonda, ha dado aire al representativo, que no hará grandes giros de timón en la composición del once. Se espera a los mismos estiletes ofensivos de aquel día (Suso, Malbasic, Lasso y Nano) en un once al que regresará con casi total seguridad Uros Racic en detrimento de Undabarrena.

Será un partido sin presión asfixiante para ninguno. Al Tenerife le han dado manga ancha sus rivales con los tropiezos del sábado y podría añadirse a primera hora de la tarde un motivo más para el sosiego si pinchase el Extremadura, lo cual se presume probable en Riazor ante el Deportivo de Martí. Ganar es casi abrochar la salvación y además supone cazar a Las Palmas. Buenos estímulos en este Domingo de Resurrección donde solo tiene permiso para levitar el Almería. Quién lo iba a decir en agosto. La vida al revés y los papeles cambiados.

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