35 minutos dispuso Sipcic para mostrar su carta de presentación ante el millar de espectadores que presenciaron 'in situ' el amistoso ante el Celta, y otros tantos tras la pequeña pantalla. López Garai habrá tomado buena nota del buen posicionamiento de su nueva pieza defensiva, quien a pesar de medir 1,92 metros demostró ser veloz y hábil dentro y fuera de su hábitat natural.
Apenas llevaba diez minutos sobre el verde cuando salió a la presión más allá del centro del campo. Se anticipó a Pione Sisto, robó el esférico e hizo una práctica pared con Luis Pérez en tareas improvisadas de mediocentro organizador, quien a su vez sirvió en bandeja de plata a Malbasic para anotar el único gol del encuentro.
Agradó, y a tenor de los gustos del técnico blanquiazul en cuanto a salida de balón desde la retaguardia y la lectura que hace el serbio con balón dominado, no sería de extrañar que éste se convierta en pieza clave en los onces blanquiazules. Acompañando, quizá, a Muñoz. López Garai tiene la última palabra.