Siniestro total

Sin alma, ni intensidad, ni garra, ni fútbol ni nada. El Tenerife se estrelló en Los Cármenes contra el Granada

Guardar

malbasic lamento cd tenerife
malbasic lamento cd tenerife
Sin alma, ni intensidad, ni garra, ni fútbol ni nada. El Tenerife se estrelló en Los Cármenes contra el Granada y también contra la dinámica alcista del segundo clasificado, que va volando a Primera. La situación del representativo es diametralmente opuesta, ahora un paso más cerca del abismo y comprometido hasta las trancas por una derrota inadmisible. No por el rival ni el escenario, sí por las formas.

Compareció el cuadro de José Luis Oltra desganado y desvalido en la ciudad de La Alhambra. Tenía que jugar como si le fuese la vida en ello y no asomó la chispa hasta los compases finales, cuando Malbasic con un golazo maquilló el resultado y mantuvo la incertidumbre hasta el final. Así que fue justa la victoria nazarí. Más combativo siempre, el Granada apeló al factor campo, a la atmósfera de las grandes finales en un campo lleno hasta los topes y a su propia inercia para amarrar los puntos y acercarse al ascenso. Es un equipazo. Y tiene en l banquillo a un señor entrenador.

En el Tenerife, se juntaron las siete plagas: un indescifrable planteamiento de su entrenador, que parece desnortado; las bajas capitales de Milla, Naranjo y Nano, que dejaron diezmado al equipo; la falta de intensidad y un inicio ramplón, agravado por una equivocación capital de Racic. Es como si el balcánico jugase con las luces apagadas, pues hace tiempo que no está al nivel que debiera y en este partido hizo flaco favor a los suyos. Su equivocación grosera abrió de par en par las puertas del 1-0, que anotó Rodri.

Feísimos eran los síntomas del representativo hasta el punto de que Oltra mandó a calentar a Coniglio, Montañés y al canterano Borja antes del intermedio; e hizo su primera permuta en el minuto 50, un rato antes de lo que suele ser frecuente en su manuel de estilo. Mucho tuvo que ver el 'sudoku' que él mismo planteó con la alineación, extraña a más no poder. Incrustó a Cámara por la derecha por detrás de Luis; y a Isma lo mantuvo por la izquierda. Poco le duró la ecuación, pues el desarrollo de los acontecimientos le obligó a girar.

El Tenerife solo reaccionó al final. El gol de Malbasic acortó distancias frente al que había anotado para los locales San Emeterio, que firmó un partido señor. No era Los Cármenes territorio fértil para la enésima remontada y lo que cayó fue la derrota número 13. Demasiadas para un proyecto que se tambalea y que firmó en Granada su enésimo naufragio. El desastre fue absoluto. Y la preocupación alcanza niveles máximos.

TAMBIÉN EN ELDORSAL.COM