Un final infarto, y un punto de alivio para el CD Tenerife. El equipo blanquiazul se colocó por detrás en el marcador por tercer partido consecutivo, y por tercera jornada consecutiva logró levantarse para acabar arañando un punto, esta vez de forma épica ante un Heliodoro totalmente entregado.
El tanto inicial, que no debió subir al marcador, no mermó la confianza de un equipo henchido de moral en su estreno como local. Los de Etxeberria insistieron una y otra vez hasta que Acosta perforó la red deportivista haciendo lo que mejor sabe hacer, golpear como si tuviera un obús como bota. Una mala salida de balón de Carlos Ruiz cuando el partido agonizaba echaba por tierra las esperanzas blanquiazules en el minuto 92, pero la cabeza de Jorge Sáenz fue la salvación del equipo tinerfeño. Una sensación que se repite por tercera vez en lo que va de curso.
*IMÁGENES: LALIGA