El Tete no sabe de qué quiere disfrazarse

El rendimiento irregular del equipo ha redundado en un Tenerife poco reconocible pese a que Garitano se muestra convencido del estilo de juego que quiere implantar

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Fotomontaje de una imagen de Asier Garitano sobre una instantánea de una noche de Carnaval en las calles de Santa Cruz./ El Tete no sabe de qué quiere disfrazarse./ AH.
Fotomontaje de una imagen de Asier Garitano sobre una instantánea de una noche de Carnaval en las calles de Santa Cruz./ El Tete no sabe de qué quiere disfrazarse./ AH.

¿No le ha pasado, estimado lector carnavalero, que aunque haya tenido todo el año para prepararse de pronto llega el viernes de Cabalgata y todavía no sabe de qué va a salir disfrazado? Esta campaña al Tenerife le está pasando algo similar, solo que su viernes de Cabalgata se llama jornada 26. No sabemos de qué va vestido el Tete esta temporada. De ahí la crítica más repetida: no somos un equipo reconocible. O, con más inquina, el manido no jugamos a nada.

Nos queda el consuelo de un portentoso arranque liguero. De no ser así el equipo estaría con el agua al cuello. Pero ya queda demasiado lejos aquella jornada 10, sobre todo porque después ha una racha negativa de quince fechas ligueras. Escudarse en que llegamos a ser líderes suena a cantinela pasada, como cuando la vieja gloria carnavalera se jacta de sus buenas épocas: Antes yo salía hasta que amanecía, pero este año...

Telas y patrones

Este Tenerife quiere ser un equipo sólido en defensa, que robe arriba y defina rápido. Así lo explicó el director deportivo Mauro Pérez y, en esa línea insiste Asier Garitano cuando asegura que el equipo busca provocar el error del rival para aprovecharlo. Sobre el papel está claro. Este patrón de costura no se negocia en el libreto de diseños de Garitano.

Pero quizá ha faltado continuidad en las alineaciones. Para llevar a cabo este disfraz se parte de un boceto, que luego hay que llevara cabo con distintas telas. Lesiones aparte, lo que una parte de la afición denomina ataquitos de entrenador de Asier Garitano -por más que en ocasiones hayan funcionado- pueden haber desconcertado incluso a sus propios jugadores.

Sea como fuere, la intención es loable porque pretende mantener a todos los futbolistas enchufados pero quizá lo primero que necesita un equipo reconocible es un once reconocible. Probablemente sea la plantilla más competitiva de las últimas temporadas. Por tela no será. 

Peluca, mallas y tutú

Quien no tiene qué ponerse recurre al clásico peluca, mallas y tutú. Funciona pero no ilusiona. Es como salir a empatar a cero. Puede ser que puntúes pero será a costa de llevar un disfraz irrelevante. Aun así a muchos les vale con esa indumentaria para salvar la noche -o la categoría- e incluso se han dado casos en que ha servido para ascender, siempre que se rematara la fantasía con acierto goleador. A veces un buen maquillaje salva todo el disfraz.

Sin embargo, con un solo un tanto en las últimas cuatro jornadas, este Tenerife no ha podido maquillar con con goles su irregular rendimiento. Llegados a este punto, ganar es imperativo porque esta podría ser la jornada en que, por primera vez este curso, el descenso estuviera más cerca que la promoción. 

Ante el Villareal B hay que ganar, sea tirando de carácter o con el paso adelante por parte de algunos futbolistas al que apelaba Mauro Pérez. Sea con el disfraz o con el maquillaje. Ganar sí o sí. De lo contrario es probable que a Garitano se le termine cambando la peluca.

Feliz Carnaval.